lunes, noviembre 13, 2006

Charla perdurable

Por fin te vuelvo a ver y tú sabes quien eres.

Fue a la orilla de la playa en Playas, con un café en la mano, un rato caminando y otro sentados frente al mar. Fue una plática interesante como todas las que he tenido contigo. Pudimos platicar prácticamente de todo: desde el sabor del café y el significado de Moka. De los asesinatos en Tijuana y por supuesto, Rosarito; de tus aventuras como investigadora y de tu aporte a la humanidad: ¡pobres ratoncitos! De cocainómanos y drogadictos en general, de su futuro relacionado con el nuestro; de policías corruptos y aventuras similares; de los culturosos y sus aguados eventos; de buena música: de tus White Stripes y Bob Dylan; de mi gusto por el bajo y del tuyo por el rock original, más puro. Como siempre me quedo asombrado de tu inteligencia y tu buen gusto. No puedo más que desear que esa charla no se pierda y que no sea la última. Quisiera darte las gracias por algo pero no se de qué, tal vez por que me escuchaste, tal vez por que platicaste muy suave, tal vez por ser como eres. No lo sé, pero de cualquier manera quede encantado. Espero nos volvamos a ver.

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