miércoles, octubre 22, 2008

La neta

Mariano estacionó su lujosa pick up negra frente al billar donde cada semana se reúnen sus amigos. Sabía que ahí los encontraría y pasó a saludarlos. Desde que se bajó se percató que ellos lo miraban y pronto salieron algunos a recibirle. Era una novedad que apareciera, pero más novedad causaba verlo prosperar. Apenas se acercó y uno de ellos le dirigió la palabra haciendo el tipo de preguntas que provoca la envidia.
― ¡Ese Marianito! ¿Cómo te va? ¿A poco esa navezota es tuya? ― lo dijo utilizando ese típico tono callejero de las ciudades del norte.
― Sí, la acabo de comprar ¿Cómo la vez?
― ¡Chilo! ¿Pero, pos cómo le haces? ¡Te desapareces un rato y vuelves como si fueras hijo de millonario, loco!!! ― y lo hizo gritando y alargando las palabras para que todos oyeran claramente.
― La neta, le vendí mi alma al diablo carnal, tú sabes: ¡Hay que ponerse las pilas! ― le dijo Mariano.
Los otros soltaron una carcajada que se fue multiplicando y robusteciéndose con las mamadas que los demás iban diciendo. ¡Ándele güey! ¡Para que se le quite lo preguntón, cabrón! ¡Eso le pasa por metiche, puto! Fueron la clase de cosas que se oyeron durante unos momentos entre sus compas aunque a quien iban dirigidas se le hizo largo el rato.

El Inocencio se le quedó mirando y se quedó serio, pero no se agüito. Agarró la onda, las cuestiones de dinero no se andan contando ni se explican, cada quien sabe en lo qué anda.

domingo, septiembre 14, 2008

Me gustas

Hemos bailado al ritmo del amor
y entre follaje y olores deliciosos,
hemos visto el mundo con el color
que Dios le dio.

Entre tu y yo hay un hueco
que pretendo una y otra vez llenar,
mientras se desgrana mi cerebro,
imposible me es pensar.

Me imagino ante ti rendido,
repitiendo tu nombre sin parar,
frente a ese bello río de azaleas
y encajes en la oscuridad.

Mis deseos y mi paciencia
sabrán por ti esperar,
para llenarte de recuerdos
que vas a disfrutar.

Porque tu me gustas
y me vuelves a gustar;
y me seguirás gustando
hasta la eternidad.


para tu cumpleaños Ulrike
Magdeburg, Agosto-Septiembre 2008

jueves, agosto 07, 2008

Creo

Hoy voy a morir,
después de una larga vida a tu lado,
pero antes de partir
y dejar este cuerpo cansado,
quiero decirte que moriré
con el firme deseo
de seguirte acompañando.

Aunque hemos compartido
pasión y años dorados,
debes saber que para mi
esta vida no ha bastado,
pues aún me sobra parte del amor
que viví por ti cultivando.

Por eso te reafirmo que te quiero.
Y te aseguro no dejaré que este sentimiento
se pierda ni aún por el paso inerte del tiempo.

¡Tu lo sabes: nunca creí, ni pensé hacerlo!
Eso sólo pasa ahora que te pierdo.
Y hoy al fin creo, estando aquí parado,
ante las puertas del silencio eterno.

Por ello te prometo,
en otra vida naceré de nuevo.
Y aunque me encuentre
como la avena del campo,
lejos y desperdigado,
sin idea de cómo podremos reencontrarnos,
te buscaré sin descanso,
para otra vez vivir sin dejar de amarnos.

jueves, julio 03, 2008

Frida llora

Frida llora,
Y al oírla llorar me recuerda a mi mismo de niño, a veces llorando por nada

¡Llora Frida!

Que al escucharte recuerdo mil y una tristes tardes olvidadas

Frida llora,
Como yo lloraba para que Mamá me besara

¡Llora Frida!
Llora con ganas, que a nada sabe una lágrima fingida

Frida llora,
Y se prepara para el día en que llore porque su Mamá la regaña

¡Llora Frida!
Te hará falta saberlo al ver tu paleta perdida

Frida Llora,
Para saber que hacer cuando su Papá le haga falta

¡Llora Frida!
Porque aprender a llorar es un paso importante en la vida

Frida llora,
que en mis brazos puedes llorar cuando te den ganas

Llora Frida,

Anda, no te preocupes, que tu Papá te cuida.

Miedo

Tuviste miedo a mi mirada y mis caricias, a mis palabras y deseos.

Y sin razón suficiente, te fuiste a desenterrar el pasado para olvidar el presente.

Te olvidaste que de ese pasado venías huyendo al caer en mis brazos y consolarte en mi pecho.

Lo que luego vivimos fue demasiado intenso; y te asustaste y corriste sobre tus pasos de nuevo.

Le temiste al futuro y esquivaste al destino, pero viviendo así, siempre será tu pasado el que te cierre el camino.

domingo, mayo 25, 2008

La rabia en forma de libro

De pronto cayó en mis manos, no creo haber sabido que existía pero tan pronto lo miré ya lo deseaba. Las primeras páginas me parecieron un palmazo de prefacios enredados donde el autor, sabiéndose consagrado en hilar historias llenas de magia, le echó, como decimos en México, mucha salsa a sus tacos, ya que la historia al inicio me pareció un legajo de palabras floridas pero empalagosas y hasta asfixiantes; el relato, aunque buscaba tomar rumbo, no lograba deshacerse de ese preámbulo donde casi matando lo que nos iba a contar, el escritor nos dijo cómo nació la novela.

Así iba la historia, un tanto apelmazada hasta que apareció la figura de un caballero de esos que parece sólo existen en los libros, se trataba de un tal Cayetano Delaura, con él la narración tomó la forma que debía, subieron las pasiones y el entendimiento y nos llevo hasta una encrucijada en la que nadie salió bien librado, ni siquiera él mismo. Y todo lo narrado se acomodó como si tratase de una profecía que debía que cumplirse, cueste lo que cueste. Esta novela será un libro respetado en mi librero y del autor seguiré hablando bien eternamente, me han dejado una muy grata experiencia.

Puede ser que si leyera de nuevo la novela entendería mejor todo su trama y seguramente, como siempre pasa, descubriría cosas nuevas; tal vez lograría atar algunos cabos sueltos y me enamoraría más de esa forma de narrar pero la historia ya le digerí y al final, como siempre sucede con García Márquez, quedé con un muy buen sabor de boca que vale la pena preservar.

domingo, mayo 18, 2008

17 de mayo

Ayer cumplí un año en Alemania y lo celebre de una manera muy especial:

Con un biberón en la mano y
mi pequeña hija recostada sobre el brazo;
éste, a pesar de haber sido uno
de los años más díficiles que he vivido,
también ha sido el mejor de todos.
Las buenas historias no son rosas.

domingo, abril 06, 2008

A mi pequeña hija:

Querida Frida,

Me siento muy afortunado por haberte visto nacer y haber podido tenerte entre mis brazos. De la noche a la mañana todo se ha vuelto hermoso, nunca me había sentido tan completamente feliz. Ser padre es seguramente algo para lo que nadie está preparado, sin embargo, después de haberte visto llegar he sentido una gran seguridad y confianza en la vida, dándome la certeza de que todo lo hecho ha válido la pena y que no hay nada de lo cual me pueda arrepentir si todo lo hecho me ha traído hacia ti

Aunque quiero enseñártelo a lo largo de los años, no me gustaría que te faltara la oportunidad que yo perdí cuando tenía apenas seis años, entonces mi padre murió y ya nunca lo pude oír; por eso te escribo aquí cinco cosas que considero elementales para la vida. Tal vez te podrían servir igual que a mí:

  1. Siempre da las gracias, para una persona agradecida las puertas siempre están abiertas;
  2. Da siempre lo mejor de ti, siempre se puede hacer un poco más;
  3. Aprovecha cada día y cada oportunidad y la vida te llevará a un buen lugar;
  4. No seas egoísta, comparte, nada vale la pena más que ayudar a los demás; y
  5. Procura ser un ser humano feliz, pero no se te olvide que todos los seres de la naturaleza son también nuestros hermanos.

Con todo el amor que en la vida me han dado y he recolectado para ti, tu papá.

lunes, marzo 24, 2008

El P.D. trascribe: Señales


La vida esta cargada de señales

que no he podido descifrar.

Salen al paso mientras camino

más no las puedo interpretar.


Son simples marcas imborrables

que a veces siento acariciar.

Aunque luego desconfío

y las prefiero no mirar.


El que sigue indicaciones

nunca vuelve a ser igual.

Porque sí sigues el camino,

ya no puedes regresar.


También siento escalofríos

cuando empiezo a sospechar,

que con signos el destino

me quiere revelar:


“― Juan José ¿Dónde has estado?

Te he buscado sin parar.

Sí el tiempo usaste con atino,

No te debes asustar.


Sabrás lo que en tiempo debe ser

y no te debes preocupar.

La señal sólo se entiende

cuando llegas al final.”


Oírlo fue un alivio

que permite respirar,

pero si lo escucho tal vez mi vida,

es la que está por terminar.

domingo, febrero 24, 2008

La Ruta de los Sueños XLIV

Un sueño de toda la vida
El deseo de visitar Berlín siempre estuvo en mi mente, fue una idea clara que no sé cuando comenzó, ni tenía idea de cuando iba a pasar, pero sabía que un día ocurriría y ese día hoy va a comenzar.
La suerte pinta bien, el tren ya está saliendo rumbo a la ciudad soñada y por primera vez me tocan vidrios limpios en el vagón en que viajo.
….Burg,
Por la mañana, recibí una invitación y poco después viajaba a bordo de un bonito y elegante auto Volvo color acero, me llevaron a comer al restaurante Wenzel, que es de comida típica checa y se encuentra en el centro de la ciudad. El lugar esta decorado agradablemente, con estilo medieval, aunque sencillo; las meseras visten largos vestidos blancos, sujetos a la cintura por un hilo café y traen un bello escote a la vista. Aunado a la belleza de las meseras que nos atienden, la comida es sabrosa, la suave carne esta bañada en una salsa roja cargada de especies que tiene un pegajoso sabor, es acompañada con cerveza y al terminar, un poco de Becherovka nos cae de maravilla.
…Gösen,
Las personas que me acompañan me platicaron de sus antiguos trabajos y de la manera como se lanzaron a iniciar su propio negocio en el área de los componentes hidráulicos, pero solo una de ellas hablaba un poco de inglés, así que la conversación fue entrecortada, con largos ratos de charla en alemán, que yo traté de entender y asimilar de la mejor manera. Para tal efecto, los gestos y expresiones corporales resultan muy importantes, así que hay que seguirlos muy atentamente. Lo mismo pasa con el tono de voz, al que se le debe poner especial atención pues, a veces, una sola palabra que uno pueda captar, según el tono con que se haya dicho, basta para entender lo que nuestro interlocutor nos ha querido decir.
…Genthin,
Pero ahí no acaba la cosa ¡Claro que no! es entonces cuando uno debe hacer uso de todas sus habilidades para, bien sea puntualizar o complementar el comentario de tal manera que el otro pueda percibir que uno le ha estado entendiendo y espera más, que haya interés de nuestra parte o que por lo menos se le ha comprendido. Aquí es cuando todo movimiento, facial o de manos, resulta crucial, todo murmullo y hasta la respiración deben encuadrar en el ritmo de la historia para así estar en la jugada. A veces, se pierde uno a ratos o entiende uno cosas que jamás se nos dijeron, eso es normal, lo importante es no distraerse para que a la menor oportunidad pueda uno retomar la charla y decir la última palabra, esa es la que cuenta. ¡Claro! y dar una sonrisa.
…Wusterwitz,
Tales conversaciones, por el alto grado de concentración que necesitan por lo general me dejan exhausto y me abren el apetito como sólo lo había sentido antes cuando participé en una carrera atlética de veinticinco kilómetros o cuando me fui de mi casa hasta Ensenada, que está a 80 kilómetros, en el paseo ciclista de primavera. Ahora entiendo porque muchos tratos de negocios se manejan con invitaciones a comer.
…Kirschmoeser,
Antes de salir del restaurante poso mí vista un momento sobre las agraciadas meseras que atienden el local y recuerdo que hace unos días un amigo me preguntó, vía telefónica desde los EEUU, si las alemanas eran bellas. Yo le dije que el pueblo alemán en general era difícil de describir pues en las calles yo había visto gente común, que no son ni feos ni bellos, como hay en todas partes, pero también debo decir que nunca antes había visto gente con el temple de los que he visto en este país, porque miradas frías y aspecto duro creo que sólo los alemanes lo tienen de manera natural.
…Branderburg,
Y además, fisonómicamente a Alemania le he encontrado dos extremos pues he visto personas tan bellas de rostro y cuerpo, que tal parece fuesen estatuas caminando por las calles. Altos, de ojos azules, musculosos y con rostros de bellos perfiles, no importa si son rubios o castaños, algunos parecen hijos de los dioses.
…Werder,
Por otro lado, aunque no creo ser el indicado para poder hablar de belleza física ni pretendo serlo, debo decir que en este país también me he encontrado con muchos rostros horribles, que cada vez que los veo me recuerdan historias de gnomos y duendes y al jorobado de Notradame, curiosamente todos de leyendas europeas; por algo debe ser.
…Postdam,
Algo aún más sorprendente me pasó cuando llegué por primera vez a Frankfurt am Main (Main es el río al costado del cual está ubicada la ciudad), cargando con la preocupación de que mis uno setenta y dos centímetros de estatura me fuesen a hacer el más chaparro de este país, de donde sabía se pueden encontrar fulanos de más de dos metros de altura, idea que me martirizaba; yo, un "hombre promedio" iba a ser en adelante el más enano de las reuniones, tendría que voltear a ver a todos para arriba y mantener cierta distancia para no romperme el cuello. Afortunadamente, tan pronto bajé del avión (porque fue lo primero que hice, lo juro!) pude ver y percatarme que no era el más chaparro y que había aún mucha gente de más corta estatura que yo, por lo que me sentí aliviado: toda mi vida seguiré siendo un buen hombre promedio.
…Wannsee,
Mientras veo el ganado pastando sobre una verde y plana llanura circundada por pinos, recuerdo a mi abuelo y creo que ese es el paisaje que él siempre soñó. Siempre he creído que los muertos viven en nosotros y a través de nosotros pueden ver el destino de sus hijos, sé que no todos pueden sentirlo, pues la mayoría vivimos preocupados por cosas materiales o solo entretenidos con la vida, pero desde que cambié el preocuparme por hacer dinero por el sólo hacer lo que quiero, comencé a sentir que mi padre, fallecido hace tiempo, ve las cosas cuando se las muestro y ¿por qué no? a lo mejor también mi abuelo. ¿O acaso no, si pudiésemos partir nuestra esencia en dos mitades una sería la parte de nuestra madre y otra la de nuestro padre? Y si a la vez partiésemos esas dos tendríamos las partes de nuestras abuelas y abuelos. Derivados de cuatro personas diferentes, de diferentes etapas de sus vidas, somos una interminable combinación de elementos químicos, que evolucionaron y se convirtieron en estados mentales.
El tren corre como por vías de seda y el sol brilla sobre el lado derecho del vagón que me ha llevado a través de bosques y pueblitos rumbo al este, acercándome poco a poco a la ciudad que siempre quise conocer.
…Zoologischer Garten,
Hay algo, sin embargo, que en este país me tiene encantado, eso es el hecho que nunca antes en mi vida me había sentido tan emocionado al ver niños y aquí todos me parecen encantadores. No dudo que el mejor recuerdo que me lleve de Alemania será la belleza de sus niños.
…Berlin Hauptbahnhof.

martes, febrero 05, 2008

Un Trailer comercial...

Una linda experiencia:






Un bonito recuerdo...



presenta:


Un video donde conviven
el amor y la naturaleza
entre recuerdos de aventuras






viernes, enero 25, 2008

P.D.

Cuando uno crece se va dando cuenta que las cosas que los viejos decían eran ciertas y que casi en todo tenían razón, luego uno se vuelve como ellos y no hay poder que evite que hagamos de tripas corazón.

viernes, enero 18, 2008

La Ruta de los Sueños XLIII

Sueño educativo
Parece que es malo y tal vez lo es, por eso lo intento ver bien. Su piel es roja y salpullida. De ella salen, una tras otra sin parar, ampollas que se hinchan y revientan ¡Que apestan! Le resbala pus amarillenta que hace el piso mantecoso, se siente tan asqueroso que es mejor ni voltear.
A pesar del panorama, me dan la bienvenida y me invitan a pasar. No distingo el camino ni la puerta, la luz de ahí enceguece y el humo que pasa de prisa no deja mirar. Escucho que me dicen algo que no entiendo, me hablan bajo, entre un ruido de llamas y lamentos; de todos modos lo que veo no requiere explicación, ahí es el infierno y la gente está ahí purgando sus penas.
“Las que solitos se echan encima, las que solitos quieren pagar,
aquí nadie los obliga, a venir ni a bajar”―me dicen antes de preguntar.
Echo un vistazo y me siento ajeno al lugar; eso a mí no me puede pasar, porque eso les ocurre sólo a los demás y aunque encuentro razones para todos mis conocidos, confío en que yo me voy a salvar. El tiempo se pierde por un rato y cuando abro los ojos me sorprendo, es cerca de la media noche y aunque apenas dormí unas cuantas horas, siento que llevo tendido toda la noche. No me sorprendo, sabía que estaba soñando. Sé que no estaba soñando con eso porque haya hecho algo malo, sé que fui ahí sólo de visita y he regresado satisfecho, lo que he observado me ha tranquilizado.
Es que allá he descubierto que los demonios en realidad no son malos, aunque hagan la maldad. He mirado que solo la hacen para mantenerse entretenidos y olvidarse que viven cargados de un dolor tan terrible al que nunca se acostumbraran; por eso hacen el mal, para sentir que todos sufren por igual.
A pesar de lo sombrío, este fue un sueño educativo: ahora sé que la maldad no existe, solo la falta de razones para amar.

martes, enero 01, 2008

La Ruta de los Sueños XLII

Paseo de fin de año
El fin de año se acerca y nosotros queremos vivirlo al máximo; por eso, tan pronto supimos de la posibilidad de visitar algunas ciudades del occidente alemán, tomamos una mochila y nos venimos en busca de nuevas aventuras. Llegamos a Bonn al caer la noche, viajamos como lo hace mucha gente en Alemania, utilizando un sitio en Internet llamado Mitfahrergelegenheit, donde las personas que van a viajar en auto propio anuncian su recorrido, indicando a cuantas personas pueden llevar y cuanto se cobrará, de esta manera, ellos recuperan algo de los gastos de combustible y los pasajeros que los acompañan pagan menos que en el tren, que suelo ser caro. Del camino no tengo mucho que decir, me pasó algo parecido a lo que pasó cuando fui a Praga. Entonces me preocupaba que la velocidad del tren no me permitiera tomar fotos a los paisajes pero después descubrí que el problema no era la velocidad sino el viajar en segunda clase, en donde las ventanillas siempre están sucias y todo lo que se puede ver está envuelto en un halo de lodo y brisa seca; algo parecido me pasó ahora, cuando descubrí que las autopistas alemanas, o mejor dicho, casi todas las ciudades y pueblos de este país, están es su mayor parte protegidos del ruido de las autopistas con una muralla de acero o plástico, por eso es poco lo que se puede ver desde ellas y los paisajes del campo si bien son bellos, son tan parecidos, que los ojos de un mexicano criado en la costa, acostumbrado a los cambios constantes en el panorama, se llega a sentir tan aburrido que prefiere dormir.
Sólo debo decir que hubo un punto en el camino que sobresalió entre los bosques y las colinas verdes; se trata de la antigua frontera que dividía la Alemania comunista de la capitalista. Allí se pueden ver aún restos de la barda que dividía al mundo occidental del bloque socialista, aún se ven sobrios puestos de vigilancia sobre las copas de los árboles y donde hubo una puerta fronteriza ahora está un centro de revisión de autotrasportes, que aunque aún tiene apariencia de base militar, en él tan sólo se checa el paso, peso y contenido de los tractocamiones que recorren la Unión Europea.
Bonn, la pequeña capital
Llegamos a Bonn al oscurecer, que por ser noche de invierno se dio muy temprano, y tan pronto puse los pies en la ciudad me percaté que el ambiente allí es distinto al que hasta entonces había conocido de Alemania. Ahí se oye mucho ruido, hay mucho ajetreo, encabezado por personas que en la calle tocan instrumentos musicales para ganarse una moneda. Hay muchas tiendas a lo largo de las calles, todo parece un centro comercial y, por ser temporada navideña, hay muchos puestos sobre las banquetas. El ambiente es cálido, de alegría, dinámico y despreocupado, la ciudad no es tan espectacular como Dresden o Praga, pues es pequeña, pero en cambio, tiene a su favor el calor de la gente, que sonríe en todas direcciones. Al siguiente día, mientras recorríamos el centro, me seguí percatando lo que desde el día anterior había notado, Bonn es una ciudad sencilla, con mucha historia pero abierta al mundo, por eso hay en ella mucha gente que ha venido desde otras partes, allí ví gente venida de África, de Asia, españoles, italianos, europeos del este, árabes, en fin, parece que acá no está él que no quiere estar. De entre todas las posibilidades que ofrecía la ciudad yo elegí solo una: mi deseo era, sin duda, visitar la casa de Beethoven, si es que existía alguna.
Después de recorrer unas cuantas calles, Bonn, sigo insistiendo, no es demasiado grande, llegamos a la que fue una vez la casa del compositor, que es una pequeña casa color amarillo de dos pisos y de techos muy bajitos. Esa es sólo una de las tantas casas en las que él vivió antes de irse a Viena, pero es la única que queda en pie hasta nuestros días. La casita ahora alberga recuerdos de su vida, algunas de sus pertenencias, de sus instrumentos, partituras así como retratos del compositor y de quienes lo acompañaron en su tiempo. El primer piso alberga la biografía del compositor y retratos de la época; una retorcida y ruidosa escalera nos lleva al segundo piso donde se exhiben las reliquias que pertenecieron al músico sordo; entre violines y pianos están algunas partituras escritas con una letra retorcida y pequeña que, sin embargo, son obras maestras universales. De entre ellas sobresale para mí una sonata con la que podría decir crecí espiritualmente, una pieza que me hizo viajar muy dentro de mí, hasta las lágrimas a veces, esa sonata es Claro de Luna, mi pieza favorita entre los clásicos y que comparte junto con Wish you were here de Pink Floyd, el lugar número uno de toda la música que he escuchado en mi vida. Son melodías que puedo escuchar una y otra vez sin aburrirme, que me traen recuerdos elementales de mi vida y de lo que soy. Antes de irme veo y me guardo el recuerdo de la imagen de esa partitura, letra chiquita y retorcida, no cabe duda, los genios se entienden solos.
Poco después partimos de la ciudad, a lo lejos y en lo alto de una montaña se encuentra un palacio donde me cuentan se llevaron a cabo múltiples reuniones de Estado cuando esta ciudad fue la capital. Dicen que cuando se creo la República Federal de Alemania en la parte occidental, decidieron que Bonn fuese la capital precisamente por tratarse de una ciudad pequeña y evitar así cualquier lugar a dudas de que el día en que Alemania volviese a estar unida la capital de toda Alemania sería Berlín.
Koblenz y el Deutsches Eck
Un día después tomamos el tren y, es su camino hacia el sureste, nos fue dejando ver ciudades antiguas y amuralladas como Andernach y al río que pasa junto a ellas, también vimos lo que fue una central nuclear con su enorme caldera que tras veinte años de servicio tuvo que cerrar debido a la presión de los habitantes de la zona; sobre las montañas frente al río pudimos ver castillos fortificados y, finalmente, desde la falta de un loma vimos la ciudad de Koblenz. Esta es una ciudad que se encuentra en el punto donde el río Mosel se une con el Rin, es una ciudad aún más pequeña que Bonn y es, por ende, una ciudad tranquila pero que tiene mucha afluencia turística.
Una de sus atracciones se encuentra precisamente donde se juntan los afluentes del los ríos, lugar donde está localizado un enorme monumento en honor a Wilheim I, emperador alemán y el unificador de la patría en el siglo XIX; cabe decir que Alemania, aunque tiene muchísima historia y ha existido durante siglos, es un país que nació como tal apenas en 1871 y esto se debió en gran parte al emperador Wilheim, quien además de unificar a los pueblos germanos obtuvo victorias militares que le dejaron como resultado un Estado alemán que abarcaba extensiones de lo que hoy son Francia, Austria, República Checa, Polonia, Dinamarca, Polonia y Lituania. En homenaje a este personaje ahí se encuentra hoy una gigantesca estatua ecuestre que incluye la figura del emperador. La estatua actual es una copia de la original, misma que fue destruida casi es su totalidad durante la segunda guerra y que incluso ha cambiado su significado ya que antes estaba dedicada a la gran Alemania y al deseo de que el reino que Wilheim edificó se mantuviese unido, en cambio, hoy representa sólo la unión de los Estados que libremente se han unido para formar la Bundesrepublik, es decir, la República Federal. Por tal motivo se encuentran ahí las banderas de los dieciséis Estados Federados coronados por una bandera alemana justo al frente, de cara a las aguas de los ríos. En la parte baja de la estatua se puede leer un poema que dice “Nimmer wird das Reich zerstöret, wenn ihr einig seit und treu” ―El imperio nunca será destruido mientras os mantengaís unidos y fieles―.
Regresamos a la ciudad y caminamos por sus antiguas y pequeñas calles donde se pueden ver, entre los históricos pasadizos comerciales, estatuas, pinturas y algunas otras sobresalientes decoraciones.
Antes de regresar a Bonn tomamos Glühwein (vino caliente y condimentado) y comimos papas rayadas fritas cubiertas con una jalea de manzana y también unos Pollieres, que son pequeños panquecitos bañados con crema de avellanas muy calientes, que aunque quemaban la boca, estaban increíblemente deliciosos.
Köln y su escalera al cielo
Al siguiente día, cuando llegamos a Köln (Colonia) estaba lloviendo, nos las arreglamos para dejar nuestras maletas en unos gabinetes de la estación de trenes y salimos a dar una vuelta por el centro de la ciudad, aún era temprano y podríamos andar vagueando hasta el anochecer. Lo primero que quisimos visitar fue la enorme catedral de la ciudad, que después de la de Ulm es la segunda más alta de Alemania, ¡sin dejar pasar olvidar que la de Ulm es la más alta del mundo! Y si la catedral de Pedro y María en Köln no es tan alta, si es más grande en tamaño, es decir, es verdaderamente un monstruo.
Es lo evidenciamos al momento de entrar en ella y ver su precioso diseño arquitectónico y exuberante decorado religioso; adentro se encuentran los sarcófagos de muchos personajes que ahora forman parte de su historia, tales como monarcas, santos y obispos. Además, su monstruosidad la comprobamos cuando subimos por su escalinata en espiral que tal parecía nos llevaría ante el mismo Dios pues se deben subir 509 escalones para llegar a la parte más alta a la que un ser humano normal puede llegar, que son 98 metros arriba del nivel del piso de la catedral. Después de allí se debe tener mucho valor y tal vez mucha necesidad para poder llegar a los 156 metros de altura que alcanza en total el edificio. Satisfecho y sin deseos de avanzar más, pasé unos minutos tomando fotos y admirando la vista en todas direcciones, tratando de imaginar como habrían hecho los hombres de hace siglo y medio para alcanzar esas alturas con su construcción.
No tengo idea cuantas vidas habrá costado esa edificación, pero me imagino que muchas, sobre todo si se toma en cuenta que su construcción se inicio desde el siglo XII y que cuando se terminó, alrededor del año 1880, llegó a ser el edificio más alto del mundo por algunos años. Antes de bajar visitamos el campanario y nos sentimos como pitufos frente a las enormes campanas que están allá, colgadas del cielo.
A pesar que desde esas alturas se puede ver en cualquier dirección y prácticamente todo Colonia, con río, puentes y cientos de barcos flotando entre ellos, lo más impresionante seguía siendo la Catedral, con sus góticos ventanales y techos encrespados, como bien lo ha considerado la UNESCO desde 1996, aquello es un patrimonio de la humanidad.
Al bajar, el hambre era proporcionalmente elevada como los escalones que subí, así que aprovechando la presencia de un mercado navideño a los pies de la catedral, traté de recuperar mi energías probando el puerco salvaje que resultó ser un manjar.
El día se fue rápido pero nos alcanzó para recorrer gran parte del centro de la ciudad y su zona comercial, que es enorme y se necesitaría más de un día para recorrerlo todo, además de buenas piernas; también pudimos caminar un poco junto al río y recorrer pequeñas callecillas de la parte más antigua de la ciudad.
Por la noche regresamos a casa. En el carro que nos trajo venían también otras dos personas y todos ellos se pusieron a platicar. Con tres alemanes en el carro hablando en su idioma, es difícil para mí entablar conversación. Sus ideas van y vienen sólo limitadas por la velocidad del sonido. Debido a que las autopistas no tienen límite de velocidad en grandes tramos, ellos creen que yo nunca había viajado tan rápido como hoy; seguramente imaginan que en mi país viajo en burro y que los mexicanos solemos respetar los límites de velocidad. Sí les dijera que de niño creía que máxima era un pueblo que estaba a 60 kilómetros me avientan por la ventana.
Media hora antes de llegar a Magdeburg, volteo al cielo y miró la luna llena que relumbra sobre el horizonte y recuerdo: Hhace días descubrí que los alemanes no ven en la luna una liebre, ni piensan que es de queso, para ellos la luna no es la luna, sino der Mond ¿el luno? así, con artículo masculino, y lo que ven en ella es un hombre de bigotes.
¡Tonterías! ―Digo y me pregunto:

¿Por qué a la Luna la llaman con un "el"?
¿Qué acaso no ven que es voluble
y sufre sus periodos mes a mes?
Que su luz es blanca y pura,
que es luz que no quema, que encanta;
Que brilla suave y delicada
como la mirada de una mujer enamorada;
Y llegado el momento se muestra bellamente circular,
como las nalgas de la mujer más perfecta y sensual.

Poco a poco voy conociendo el idioma y lo encuentro lleno de sorpresas y rico en expresiones; hoy he descubierto que el uso de artículos neutrales abre las posibilidades de expresión pero le quita a las cosas la ambivalencia de los géneros que los mantienen en equilibrio y, a lo largo, creo que también les quita parte de su fuerza. Seguramente de ahí viene la frialdad de carácter de los alemanes, empezando por confundir una cosa delicada como es la luna con algo completamente varonil.