Tuviste miedo a mi mirada y mis caricias, a mis palabras y deseos.
Y sin razón suficiente, te fuiste a desenterrar el pasado para olvidar el presente.
Te olvidaste que de ese pasado venías huyendo al caer en mis brazos y consolarte en mi pecho.
Lo que luego vivimos fue demasiado intenso; y te asustaste y corriste sobre tus pasos de nuevo.
Le temiste al futuro y esquivaste al destino, pero viviendo así, siempre será tu pasado el que te cierre el camino.
jueves, julio 03, 2008
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