martes, diciembre 19, 2006

La Ruta de los Sueños IX

Fútbol de viernes por la noche

El tiempo se ha ido volando y este viernes he cumplido ya una semana de estar en Europa. Por la tarde salimos a hacer algunas compras y para ello fuimos a un lugar que se llama Alle Center el cual es un moderno complejo comercial de cuatro pisos en pleno centro de Magdeburg y curiosamente, cuando me encontraba buscando unos tenis para ir a correr en un parque que esta cerca del edificio en que estoy viviendo, sonó el teléfono de mi novia, se trataba de Carsten, un hombre que conocí en la pasada reunión y que me había invitado a jugar fútbol, me dijo que el juego era ese día a las 8 y que si quería ir pasaría por mi quince minutos antes. Rápidamente tuve que cambiar el plan y buscar unos zapatos de fútbol, según me habían dicho jugaríamos bajo techo por lo que necesitaría tacos de suela lisa; encontré unos Puma que me gustaron y además estaban en oferta, sólo €39 euros, en verdad era una buena oferta.
A la hora indicada sonó el timbre, habíamos regresado justo a tiempo para tomar mis cosas y alistarme, al abrir la puerta me encontré con Carsten, me despedí con un beso de mi novia y me fui a jugar fútbol, afuera nos esperaba otro hombre a bordo de una vagoneta color gris en la cual nos fuimos hacia un área llamada Olvent Sted, donde sería el juego.
Llegamos pronto a un complejo que dentro tiene una cancha de duela que usan para varios deportes. Las porterías están en los extremos y la iluminación es excelente. Me presentaron con los demás jugadores quienes me fueron diciendo sus nombres, algunos ni los entendí siquiera, recuerdo Norbert, Mateo y Arnst solamente. Uno de ellos hablaba un poco de inglés, de los demás ninguno excepto Carsten quien vivió tres años en Australia y por eso su inglés es perfecto. Con el era con quien me comunicaba. Los demás a veces entendían inglés, español ni en sueños.
Al principio del juego yo estaba muy nervioso, el lugar, el ambiente y las personas me tenían impresionado. Pronto el juego comenzó y yo no tarde en cometer un fault, me pidieron que me tranquilizara, que jugara calmado. Luego fui descubriendo, conforme fui entrando en su sintonía que aquí todos juegan excepcionalmente limpio y algunos con mucha técnica. Se me figuro que al igual que su selección nacional juegan sin lucirse pero siendo efectivos. Hacen goles casi en cada ataque. Incluso a mi, que no soy muy buen jugador, más bien de regular para abajo, se me presentó la oportunidad e hice tres goles; el primero me lo pusieron, sólo tuve que empujar el balón, el segundo fue bueno pero más bien fue un “sapazo”, no sé ni como salió; y el tercero fue un tiro efectivo, directo a donde tenía que ir; con eso se me bajaron los nervios poco a poco y disfruté mucho todo el juego, aunque ya andaba muy cansado. Por la noche dormí encantado de la vida, el cansancio es enemigo del insomnio.

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