domingo, octubre 28, 2007

La Ruta de los Sueños XXXIX

Impresiones de la Fuerwache
En la antigua estación de bomberos, esa que hoy funciona como centro cultural aunque su nombre continúe siendo la Fuerwache, he retomado las clases de dibujo y pintura. Peter M. Heise, el maestro de la clase, un hombre delgado, de pelo blanco, mirada inteligente y enérgicos movimientos, me pidió que dibujara algo al acuarela y aunque lo he intentado no me ha salido nada; no veo más que manchas y figuras desfiguradas, él dice que es normal que al inicio uno no conozca la técnica y que la pintura de agua es lo más difícil. Me dejó la tarea de hacer un boceto sobre algún tema que me inspire para prácticar en la clase posterior. Luego pasamos a la clase de grabado y entonces, tuve la oportunidad de hacer uno de ellos. 

Eso fue en verdad algo significativo pues tuve la oportunidad de ver impreso un dibujo que por obra del destino traje conmigo sin saber que estaría en esta escuela y menos aún que tendría esta clase; se trata de un grabado en linóleo que dejo mi padre en manos de mi hermano. Es un trabajo verdaderamente fino, tan elaborado, que en el taller todos se quedaron asombrados al ver lo bien que está hecho. Todos tiene la misma opinión: no cualquiera puede hacer algo así, mi padre era un talento. Yo me siento aún más comprometido con la responsabilidad que dejo en mis manos, seguir con esa tradición no se ve tan sencillo, así que comienzo a sudar de nervios.
He elegido comenzar con la reproducción de una foto de una indígena Tarahumara. Marco las líneas sobre una placa de plástico, las limpió y después de un rato me voy a la prensa, aplico tinta, luego le quito el exceso y por primera vez hago girar un rodillo. Es pesado, más bien duro, se necesita fuerza para hacerlo avanzar sobre la matriz con el dibujo.
Por fin sale, el papel se debe remover con cuidado ya que ha sido tanta la presión que ahora está incrustado en el dibujo. Al levantar el papel lo veo, es un grabado sencillo que me gusta para enviárselo a mi madre en una carta.
Después imprimo tres copias del grabado de mi padre, algo anda mal, no sé qué, pero el grabado siempre sale con manchas. Preguntaré a mi hermano, tal vez él sabrá como imprimirlo mejor.
Finalmente, basado en el grabado original, saqué una nueva pequeña versión del mismo, lo hice más sencillo, solo como práctica. Ya encontraré después la oportunidad de profundizar en este arte, por ahora con conocer un poco de él será suficiente ¿Sí el tiempo alcanzara?
La clase se ha acabado, afuera la noche es muy oscura, el aire esta helado, cargado de brisa fría. Apenas se alcanza a ver el tejado de la iglesia al otro lado de la calle. Típica noche de otoño en Germania.

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