lunes, abril 30, 2007

30 de Abril













Unos viejos patines, el nuevo disco de ZOE;
Velocidad y Armonía= Felicidad Desmedida.
En esta vida, es viejo el que quiere.

¡FELIZ DIA DEL NIÑO!

Un viejo que leía novelas de Amor


Esta novela me fue llevando poco a poco al corazón de la selva, al grado que pude sentir el agua escurriendo por todo mi cuerpo y la hierba humedecida rozándome el cuello. Sentí el miedo del viejo, cuando la historia subía y subía de intensidad; y en las últimas páginas, cuando esperaba un final heroíco, me hizo estallar en llanto al hacerme sentir con desconsuelo: ¡Malditos humanos, somos una porquería!

martes, abril 24, 2007

País enfermo

Estados Unidos está enfermo de poder,
y ya ha perdido el piso con sus guerras.

Y, mientras tanto, ¿Nosotros qué hacemos?
¿Acaso no es al enfermo o descarriado a quien debemos apoyar?

Si es así, a los malos de ese país hay que ayudar,
para que curen su ambición y enseñarles como amar.

¿Acaso como hijos de Dios no es ese nuestro mandato?
Amarlos los unos a los otros aunque sea sólo a ratos;

Hay que hacerlos recapacitar, a ver que es falso su escaparate,
pues han puesto al mundo de cabeza con tanto disparate;

Yo he visto americanos muy sanos,
hasta viven en México algunos y se dicen, encantados;
Pero no son todos, son los menos.
Allá aún quedan muchos, que creen que ellos son los elegidos.

A esos hay que ayudarlos a ver bien, a ser sencillos,
para que, por lo menos, unos cuantos sigan vivos.

miércoles, abril 11, 2007

El poeta desatado presenta una tragedia títulada:

Amanecer fúnebre entre tus brazos

La mañana fría, el viento helado,
tus labios tiesos, tu corazón parado;
tu mano dura, tu cabello despeinado,
tus ojos secos y tu vientre congelado.

Tardo en comprender lo nunca imaginado
pero ¿qué pudo ser? ¿acaso te he fallado?
Mi primera reacción fue romper en llanto
¿por qué te fuiste, si es que te quiero tanto?

No alcance a percibir tu fugaz partida
¿A dónde te has ido, pedazo de mi vida?
¿Por qué ha sido así? ¿por qué en triste huída?
¿cómo llamarlo, entonces, si no hubo despedida?

La Ruta de los Sueños XXIX


La Catedral de San Vito

Al salir de la iglesia de Loreta intenté caminar un poco más arriba de la colina, sin embargo, pronto desistí de ello, había en esa zona tanta belleza arquitectónica en cada edificio, en cada rincón, que imaginé que probablemente podría pasar semanas enteras sin terminar de apreciar todo lo que ahí había para mirar; por ello opté por regresar sobre mis pasos rumbo al castillo.
Hacía entonces tanto frío que estaba a punto de comenzar a temblar, el suéter que antes me había parecido demasiado caliente estaba resultando sumamente vulnerable al aire helado de la montaña.
Rodeé una fuente, crucé un pasadizo que se encuentra entre los edificios que rodean el castillo, mismos que son el palacio de gobierno de la república y, al salir al otro lado, me encontré de lleno con las enormes puertas del castillo y una gran cantidad de turistas que lo admiraban.
Al igual que ellos, yo me detuve para apreciar aquellas paredes donde había cualquier cantidad de figuras y arreglos ornamentales de estilizados diseños, en cantidad tal, que no cabían en mis ojos.
Tampoco aquella joya cabía en las lentes de las cámaras y por más que uno pretendiera abarcar, siempre algo se quedaba fuera de foco. Di dos vueltas al castillo, admirando todos los detalles posibles a cada paso que daba.

A veces, sentía que las edificaciones que se encuentran alrededor trataban de llamar mi atención, sin embargo, sabía que si despegaba la vista del castillo mientras caminaba rodeándolo, inevitablemente podría perderme de alguna maravilla. Cuando me sentí seguro de no olvidar lo que ya había mirado, me introduje en aquel precioso recinto que es la Catedral de San Vito.
















Al entrar observé que el cielo de la catedral estaba extremadamente alto y desde dentro, con las largas y altas paredes de los lados, se sentía como si fuese el mismo cielo de la tierra. En las paredes vi unos vitrales grandísimos que contaban historias de otros tiempos, con obispos, reyes y caballeros como personajes.

Al salir del lugar me sentía fascinado, en mi vida había visto algo igual y ni en mi imaginación había incubado la idea de mirarlo algún día. En verdad que era asombroso ese castillo.

Comencé entonces a bajar la colina y lo hice a través de una de las escalinatas que llegan al castillo.
La que tomé me fue llevando a través de un precioso pasadizo que pasa frente a tiendas, bares y museos hasta llegar a una larga barda de piedra; al inicio de la barda se encuentra un pequeño mirador de donde se puede ver, desde lo alto, una preciosa vista de Praga.

Al ir bajando, desde la escalinata pude ver como la ciudad está dividida por el río y unida por una gran cantidad de puentes que lo atraviesan, ofreciendo a los paseantes una romántica visión. Después de bajar la escalinata caminé entre las calles de la zona oeste del río, me dejé llevar por las olas de turistas y éstos me llevaron a una zona donde se encontraban pequeñas calles que rebosaban de restaurantes, bares, cafés, pasadizos comerciales, tiendas de antigüedades y souvenirs de todo tipo, al fondo, frente a una pequeña plaza, miré un hermosa iglesia que decidí visitar. No fue algo fácil, ya entonces se me antojaba meterme en cualquiera de los restaurantes o cafés de alrededor. Tenía que decidirme entre ver más cultura o rendirme ante alguno de los deliciosos olores que circulaban por el aire.

domingo, abril 08, 2007

Corriendo por la playa








Hoy por la mañana, antes de irse al trabajo,
Al servirme un frío desayuno, mi madre me dijo:
“Lo que debes de hacer es ponerte a trabajar,
de tanto pensar el cerebro se te va a estropear.”













Yo le dije que no, que lo que ocupo es divertirme,
Pasearme por el pueblo, encontrar satisfacciones.
Le dije que lo único que haría era ejercitarme,
Salir a tomar aire, mover las articulaciones.













Iría a correr a la playa y con un poco de suerte,
El tesoro escondido de algún pirata encontraba.
Como tengo condición y me siento algo fuerte,
“Que nadie hacía lo que yo” era lo que pensaba.

















Como le había dicho a mi madre por la mañana,
Corrí un rato y, de pronto, recordé lo que esperaba,
Volteé a los lados y no vi tesoro, ni pirata, ni lana,
Pero ni eso me hizo entristecer, había algo que relumbraba.

















El mayor de los tesoros era lo que ahí había encontrado,
Todo lo que ocupaba, con lo que me sentía bien pagado;
Algo que me hizo sentirme satisfecho y lleno de alegría,
Ese algo fue poder ver desde ahí, la playa llena de vida.
Eso fue hoy en la mañana o más bien, ya por mediodía.


La ruta de los Sueños XXVIII

Iglesia de Loreta
Tan pronto me encaminé a la puerta de la iglesia, me di cuenta de que tenía que pagar para entrar; el costo: $70 coronas, que son como cincuenta centavos de euro, algo simbólico, en realidad.

Después de pasar el umbral de la entrada, pasé a un pasillo que corre alrededor del jardín central de la iglesia, el cual, se encuentra coronado con bóvedas que tienen motivos religiosos, casi todos sobre la virgen María y el niño Jesús. Caminando alrededor del pequeño patio central, fui apreciando una serie de confesionarios de madera artesanalmente trabajada que se encuentran incrustados en la pared y las pinturas de diferentes santos que están entre cada uno de estos. Al frente de la entrada, pero en el otro extremo, se encuentran dos capillas, a la primera llegué al dar la vuelta al fondo del pasillo, es grande, bellamente decorada en color dorado, con figuras de santos y frescos en paredes y techos, todas rematadas con detalles en oro, que deslumbran a la vista. Al frente de las bancas había una virgen dorada, creo que bañada en oro y, al lado, se encontraba un guía explicando cosas a un grupo de turistas en un idioma que me resultó incomprensible, volteé al techo y descubrí que tras de mí se encontraba un enorme órgano decorado de una manera tan lujosa, como no había vista uno nunca antes. La capilla es exquisita y deslumbrante, verdaderamente deslumbrante.
Al salir de la primera capilla, caminé por un pequeño pasillo que me llevó hacia la segunda capilla. Antes pude apreciar una bella fuente coronada de ángeles, fácilmente reconocible su estilo renacentista y en muy buen estado de conservación. La segunda capilla es más pequeña y a todas luces mucho más antigua que la primera, con gruesas paredes decoradas con figuras humanas, al parecer sabios que discuten algo; arriba, casi en el límite de la pared, después de dos gruesas columnas horizontales delicadamente adornadas, se encontraban dos líneas con figurillas de parejas de niños jugueteando. Todas esas figuras parecen ser totalmente independientes de la pared pero, aunque salen de ella, son parte de la misma, están sujetas de los pies y forman una sola pieza. Quienes hicieron ese trabajo realizaron una obra de arte.
Para entrar a esa capilla hay que hacerlo a través de una pequeña puerta arqueada, que denota lo antiguo de la misma. Una vez adentro descubrí una serie de frescos que a pesar de su antigüedad aún se aferran a las paredes, podría decirse vestigios de ellos ya que son apreciables los estragos del paso de los siglos, muchos pedazos de esas pinturas ya han desaparecido. Al frente se encuentra otra virgen, que tiene inscripciones en latín y a la cual se le alcanza a leer algo relativo al imperio bizantino. Por lo que se aprecia está capilla existe desde hace muchos, muchos siglos.
Saliendo de la capilla antigua me encontré con otra fuente, la cual se encuentra sin conservar, con un estilo que me recordó el imperio romano, totalmente enlamada, percudida por el paso de los siglos. Su aspecto negro delata que tiene pegada a ella la historia de cientos de años. También, en sus despostillamientos, se aprecia que fue golpeada por el paso del tiempo y sus acontecimientos, solo ella misma puede saber por qué o por quién.
Como en ese lugar no se permite tomar fotografías, intenté hacer en la libreta universitaria que siempre me acompaña, un bosquejo de la estructura de la iglesia, sin embargo, el aire era muy helado entonces, tanto que tuve que reconocer que dibujar con las manos heladas no es lo mío; no es fácil de hacer, mis manos no responden igual.
Continué mi recorrido ahora por el lado este de la iglesia, siguiendo el sentido de las manecillas del reloj, sobre el pasillo hay más bóvedas con frescos y confesionarios incrustados en la pared, en una de las esquinas se encuentra la figura de una virgen a la cual le han prendido velas. Me doy cuenta entonces de que en una época del año muchas personas hacen peregrinaciones hasta aquí viniendo desde lugares como España, Italia o Francia; más adelante me encontré con una escalinata que lleva a la planta alta, desde allá se puede apreciar todo el esplendor de la parroquia. Ahí descubrí también una sala en la cual se exhiben joyas de la corona checa de diferentes épocas; grandes piezas de oro con brillantes de todos tipos y de gran tamaño las adornan. También vi prendas de antiguos religiosos, se aprecia que muchos obispos y cardenales pasaron por ahí. Al costado vendían recuerdos del lugar, compré un rosario de madera de roble para mi abuela, el no haberme despedido de ella antes de venirme me remordió la conciencia.
Al bajar, fui viendo las pinturas de las personalidades que se encuentran en las paredes, creo que por los trajes que llevaban se trata de personas de la realeza que ayudaron a la iglesia; más adelante se encuentra un cristo de madera crucificado que aunque es musculoso muestra claramente su sufrimiento; sus carnes desgarradas lo hacen lucir impactante, yo nunca he entendido bien porque se le muestra así, en martirio eterno. Creo que los humanos somos un poco como demonios a quienes complace el sufrimiento de los demás, cuanto más si es divino.
Cuando salí a la calle, me paré enfrente para apreciar la vista de la iglesia desde afuera. Estaba viendo sus tres torres, su campanario y, justo entonces, comenzaron a sonar las campanas, emitiendo un sonido que timbraba en mis oídos con dulzura, sin duda esa era una mañana mágica.
Aunque no soy creyente y las cosas de la iglesia me generan desconfianza, la impresión del lugar y las cosas que vi en él me durara por mucho tiempo y el recuerdo, para siempre. Creo que esos lujosos legados de otros tiempos, generados con el sacrificio de muchas personas, es algo que los humanos debemos salvaguardar para que no haya ya necesidad de tener que hacer más.