jueves, septiembre 07, 2006

Estado de la Nación

Yo, mexicano, mayor de edad, profesionista, me pregunto: ¿En qué estado se encuentra mi país? ¿Qué puedo yo hacer por el? ¿Qué puede él hacer por mí? ¿Me ofrece la oportunidad de vivir a acuerdo a mi plan de vida? ¿Es un país que está listo para enfrentar la situación mundial actual?
Con base a las apreciaciones vertidas en el tema tratado en Estado del Mundo y a los cuestionamientos del párrafo anterior, me dí a la tarea de escudriñar en la situación particular en México y me encontré con un país que sólo se encuentra preocupado por una cosa: ¿Quién será el próximo Presidente?
A través de los años, con clases de Derecho Electoral incluidas, me he enterado de que en México tenemos un sistema electoral increíblemente complicado, que éste se fue construyendo bajo la sombra de un partido de Estado en el cual los partidos de oposición fueron ganando poco a poco espacios desde los cuales impulsaron medidas para lograr enfrentarse en mejores condiciones al partido único de aquellos tiempos. Se instauraron así muchas medidas de protección para las elecciones, candado sobre candado, elección tras elección. Parecía que el resultado había sido bueno, se hablaba de democracia, de fin de régimen, de cambio, de esperanza. Sin embargo, tras las pasadas elecciones resultó que todo eso de nada valió, que no era cierto pues, dicen algunos, de nuevo se cometió un fraude en las elecciones.
Hay quienes se sienten agredidos por un supuesto fraude electoral y, por otro lado, quienes se sienten ofendidos por los discursos y acciones del líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
A mí en lo particular me parece que en este país hay gato encerrado, que algo anda mal o que ambos bandos tienen cola que les pisen. En primer lugar voy a hablar de los supuestos ganadores de la elección. Provenientes de un partido de derecha, apegado a los ricos, a la gente con poder. En pocas palabras ellos tienen la posibilidad de hacer algo pues al tener a grupos de poder cerca están en mejor disposición de llegar a acuerdos para hacer las cosas, sin embargo, lo que se ha visto en las entidades en las que ese partido ha gobernado es que se termina privilegiando a grupos cercanos a los gobernantes; nepotismo y compadrazgos los caracterizan, en pocas palabras se da el secuestro del poder. Con este tipo de partidos el poder cada vez tiene más poder, los ricos son más ricos.
Otra cosa que ha caracterizado el gobierno emanado de este partido (Acción Nacional) es tratar de hacer todo apegado a la ley. Pareciera que esto en una cosa buena, de hecho lo es, solo que en su afán de no meterse en problemas se ha metido en cada vez más graves y preocupantes líos. Líos que nos va a dejar a los ciudadanos por supuesto. El apego a la ley le ha servido para cometer tantos errores como la ley se lo ha permitido. El presidente en turno no ha hecho gran cosa, su periodo ha sido gris, tristemente vino de más a menos, su acierto más grande fue haber ganado la elección del año 2000. A pesar de haberse llevado las palmas en esa transición que nos dejo un buen sabor de boca a todos los mexicanos ha quedado lejos de llevarse nuestro agradecimiento por su trabajo como presidente, incapaz de gobernar, de negociar siquiera, no hizo nada más que mantener el barco a flote, pero sin ir a ningún lado, sin rumbo ni orientación. ¡Claro que las cosas pudieran estar peor! Podemos pensar, pero ¿Qué tanto? Con una economía estancada, un Estado que sobrevive gracias a la venta de petróleo y de las remesas de los emigrantes, de quienes conviene hablar a parte. El país se encuentra inmerso en la ingobernabilidad debido a las incursiones cada vez más descaradas de los grupos de delincuencia organizada, llámense narcotraficantes o secuestradores y ahora hasta guerrilleros. Con conflictos electorales, de profesores y de sindicatos. En fin este país es un desorden. Hasta hay quien piensa que se necesita una revolución ¡Por favor! El caos no podría ser más grande.
Del petróleo hablé en Estado del Mundo, ahora hablaré acerca de la emigración que es la segunda (por estos días esta pasando a ser ya la primera) fuente de ingresos del país.
No puedo decir que este sea un problema de la actual administración, pero si es claro que con esta administración el problema no sólo se agudizó, sino que se le intentó dar una salida oficial al intentar negociar, con malísimos resultados, un acuerdo migratorio con Estados Unidos.
Para empezar hay que decir que México ha estado enviando al norte a la gran mayoría de su gente en edad para trabajar, quienes en un principio eran en su mayoría los más pobres del país y por lo tanto los menos educados. Razón por la cual en los Estados Unidos se creo una cultura de rechazo y repudio a los inmigrantes mexicanos, quienes llegaban aún medio salvajes, sin saber hablar ni leer el inglés y, no pocas veces, ni el español. Llegaban como la mayoría de los inmigrantes: con una mano adelante y una atrás. Solamente sus ganas de salir adelante y laboriosidad les han abierto las puertas para el trabajo. Como pudieron los primeros salieron adelante. Después la emigración ha seguido solo que ahora lo hacen cada vez personas con mayor educación y preparación. La necesidad ya ha tocado la puerta de todos. Sin embargo, hay algo que desde los primeros hasta los últimos emigrantes mexicanos siguen sintiendo: rencor al gobierno de su país. Porque les negó oportunidades o fue incapaz de crearlas. Porque se han tenido que enfrentar al racismo o al rechazo en carne propia mientras sus políticos viven en un mundo color de rosa. En esa gente quiere México basar su bienestar, en los desarraigados, en los que le guardan recelo a los gobernantes, no a la nación, por eso es que aún le llegan remesas. Esta problemática no la pudo, no se diga remediar, siquiera aminorar esta administración, al contrario, el problema se hizo mayor y desde cualquier punto de vista, irremediable.
Creo que los aciertos de este periodo fueron el mantenerse en el camino de la transparencia respecto al gobierno, ejemplo de esto fue lo ocurrido en el incidente de las sábanas del presidente, situaciones de las que en gobiernos anteriores nadie se enteraba y seguramente, basándonos en las personalidades de los gobernantes, eran peores. Sin embargo, la mayoría de los males que aquejan a nuestro país siguieron igual sólo que ahora nos enteramos, un avance sin duda.
En las relaciones internacionales fue donde más mal nos hicieron quedar el presidente y su equipo, nos dejaron en la peor crisis y enfrascados en conflictos con los que antes eran nuestros “hermanos” o amigos. Ahora nadie cree en México, y no sólo los mexicanos.
Por las razones anteriores, aunadas a lo gris que fue Calderón como candidato, es que Acción Nacional no me da buena espina, ni se hace merecedor de mi confianza para gobernar pero ¿Qué hay en la otra esquina que pueda ser mejor?
El partido que de manera oficial obtuvo el segundo lugar en las elecciones es un partido político que tiene entre sus filas a personas importantes en el que hacer político, tal es el caso de Cuauhtémoc Cárdenas o Amalia García; sin ellos estaríamos sin duda en otro México en este momento, claro, en el buen sentido de la palabra; sin embargo, las personas que han tomaron la iniciativa en las pasadas elecciones son de mi más absoluta y total desconfianza: en ese aspecto puedo mencionar a los señores Andrés Manuel López Obrador, Arturo Nuñez, Manuel Camacho Solís, entre otros, todos ellos expríistas; me parecen políticos que carecen de principios, y no por que sean expríistas sino porque son oportunistas que saltan de un lado a otro sin importarles contradecirse de lo que antes defendían, sólo les importa ocupar un lugar en la vida pública sin importar de que lado estén.
Personas que no respetan su propia palabra, los acuerdos que firman, ni las leyes si no son para su conveniencia.
Sin embargo, hay algo que me sorprende de este partido y sus correligionarios; el hecho de que entre ellos está un importante grupo de intelectuales. Personas que se dan tiempo para pensar, reflexionar y que hacen opinión pública. No comprendo como pueden ser ellos los que ahora pidan un “Líder” a quien seguir. Ahora ellos son quienes hablan bien de Cuba y Venezuela a la menor oportunidad. Yo creo que para crear pobres nos bastamos solos. No puedo creer que les parezca admirable un país en donde la gente no tiene que comer y no se conoce la democracia (que aunque no es el mejor modelo político si es el mejor que se conoce) como Cuba y otro en donde el gobierno está secuestrado por un presidente que gasta más en armas que en educación como es Venezuela.
En cierta manera los comprendo, el país está secuestrado por un grupo de poderosos que no se preocupan por mejorar la situación, que no escuchan otras voces, ni admiten otras opiniones. Que quieren prolongar el Status Quo aunque perjudique a la mayoría. Ellos viven bien y por lo tanto creen el país está bien. Sin embargo, creo que los intelectuales mexicanos que han apoyado a López Obrador se equivocaron al escoger a éste como su líder pues los llevó a volverse radicales en sus posiciones, pelearse con los que no piensan igual no los llevará a ningún lado. Se necesita un contrapeso en el gobierno que sea coherente en sus palabras y en sus acciones, no una solución simplista de enfrentarse con todo mundo e imponer populistas soluciones. Tanto los pobres como los ricos deben tener cabida en una nación que quiera tener futuro. Bastante ha tenido este país con el Estado paternalista que pretendió ser durante muchos años, que hizo que muchas personas vivieran del gobierno y perdieran el buen hábito de trabajar. La población necesita madurar y ser responsable desde sus casas, no esperanzarse a caudillos, ni a mágicas soluciones, se necesita trabajar por su propio porvenir.
Con un país así me quedan muchas dudas acerca de mi propio futuro, más aún del de nuestra sociedad. Se necesitan tomar acciones drásticas para mejorar la situación, las cosas no pueden seguir así, de hecho, no seguirán así, seguramente empeoraran. Por lo pronto, sólo me queda seguir el consejo de aquella persona que me dijo que sólo me preocupara por mejorarme a mi mismo, que hiciera aquellas cosas que se valen la pena y dejara a los demás con sus vidas, aunque a mi me parece que esto es actuar como la avestruz, metiendo la cabeza en un hoyo mientras las consecuencias de las acciones de todos nos alcanzan.

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