martes, mayo 30, 2006

Taller 4

Taller 4
En el taller pasado leí la segunda parte del ejercicio de ambientación, me dijeron que estaba bien, pero note que estaban un poco desilusionados porque en la trama de esa mini-historia no había ido más a fondo en el tema ese de la sangre en las manos, ahora resulta que todo mundo quiere ver sangre. Los comentarios fueron en el sentido de que debería de explotar este punto pues les pareció lo mejor de mi ejercicio y al ver sus caras noté que necesitaban un poco de acción. Así las cosas decidí desarrollar la idea que me dieron y, de paso, divertirme inventando un personaje que me permita continuar con la ambientación buscada. Lo que escribí (o el nuevo capítulo) fue (es) lo (el) siguiente:

Ambientación 3
El cuchillo
Son las diez y ya despaché a los compradores de la mañana, que es cuando mucha gente viene a la carnicería; la siguiente hora pico será antes del mediodía cuando muchas señoras vienen por algo para hacer de comer. Ya sé que pasarán por aquí Doña Lola, Doña Katty, Teresita, Hmmmm…tan bonita Teresita y si, como siempre, Doña Zulema. Nunca fallan. Dicen que hay gente que no come carne, dizque son vegetarianos; aquí no los conocemos, aquí a todo mundo le encanta la carne, aunque sí se aburren ¿cómo no? Por eso un día llevan de res, otro de pollo, otro de puerco y para las señoras que no les gusta mucho cocinar tenemos carnes frías, así no las tienen que cocer, a lo mucho las fríen y ya está. ¡Caramba! Debería de trabajar solamente como vendedor, ¡soy re-bueno!.
¡Ahhhhgg! Ahí anda el tonto del Eduardo, mejor me voy a poner a limpiar el refri, no vaya a ser que se le ocurra venir a platicar y con lo menso que está, no entiende nada de lo que le digo. Nomás de acordarme me da coraje, ayer, cuando al estúpido le estaba contando lo del Taller se soltó riendo de mí, piensa que ahora sí se me safó un tornillo por querer ser escritor. ¡Ja, ja, ja…! Hasta me hizo reír el baboso cuando me recordó que antes también le hacia al técnico de televisiones, ¡pendejo! si supiera que nomás lo hacía para ir a curiosear en la casa de las clientas; con el pretexto de arreglarles la tele para que se vieran muchos canales me metí a infinidad de casas, ¡no, hombre! derechito hasta la recamara llegaba. Me acuerdo que a veces también tenía que lidiar con un que otro esposo celoso, que no me dejaba solo ni un segundo y esos eran los más peligrosos, siempre haciendo puras preguntas capciosas ¿qué si donde aprendí?, ¿qué si instalo decodificadores?, ¿qué si vendo Sky pirata? ¡no mames! Qué bueno que me dejé de esas jaladas.
¡Ahí está, ya quedo! Ya nomás vuelvo a meter la carne, me doy una lavadita a las manos y listo. Es más, me voy a cambiar el mandil porque así todo sucio ni se acercan a preguntar nada las clientas. A ver….¡eso es todo! Deje los vidrios impecables, así si viene alguna clienta con cuerpo de guitarra ya no se me escapa. Por aquí la puedo ver todita. ¿y el pendejo de Eduardo ya se fue? ¡qué bueno! así no me roba cámara. ¿Y mi cuchillo?¿dónde dejé mi precioso cuchillo? ¡Cuchillo! ¿dónde estáááás?
Acto seguido, nuestro personaje se puso a buscar el cuchillo por todas partes, lo busco primero sobre la mesa de cortes ¡nada!, después entre los trapos sucios ¡nada tampoco!, dentro del refrigerador al que limpio los vidrios y por último en el mostrador y cuando pensaba en donde más lo podría haber dejado escucho una voz:
-¡Buenas! ¿Cómo estás, Jacobo?-era Teresita, la clienta más bonita.
-Bien, bien ¡gracias! ¿Y usted?
-Pues así nomás
-Ay, Dios ¿y cómo es eso?
-Pues así como me ve
-No pues… se ve muy bien-dijo mientras que revisaba toda la anatomía de Teresita por encima del refrigerador
-Exactamente así estoy, ji, ji ,ji
-¿Y en que le puedo servir a esa belleza?
-Pues quiero llevar un poquito de carne y queso.
-Claro que si, ¿De cual le damos?-pregunto mientras se limpiaba las manos con un trapo.
-Quiero que me des… que me des un cuartito de punta de res y veinte pesos de queso monterrey.
Mientras Jacobo preparaba lo pedido por Teresita, éste preguntó:
-¿Y que pasó con tu marido? ¿Ya regreso de Estados Unidos?-dejando oportunamente el Usted de lado.
-No, fíjate, parece que se va a estar por allá un buen tiempo.
-Pues que tanto hace allá ¡hombre!, con una mujer tan bonita yo aquí estuviera.
-Yo que quisiera, pero ya vez, le gustan más los dólares.
Mientras agarraba la carne en el refrigerador, a través del vidrio, Jacobo pudo ver el cuerpo de Teresita, quien con sus manos unidas provocaba que su busto se apretujara entre sus brazos. Jacobo corrió su vista hacia abajo y descubrió, bajo una corta falda, las bien torneadas piernas que ella tenía y pensó: Con esas piernas, seguro que ésta ha de ser de rancho.
-Ah, que Teresita, ¿y tú de dónde eres?
-De Sinaloa
-¿De qué parte?
-De Culiacancito, ¿tú conoces?
-No, no, pero veo que es muy bonito Culiacancito. ¿Algo más?
-No, eso es todo; muchas gracias, Jacobo; a la tarde vengo otra vez, haber que te compró para la cena, ahorita no lo compró porque no tengo espacio en el refri, mejor al rato nos vemos.
-Cuando gustes, preciosa, ya sabes.
Mientras Teresita pagaba y luego salía del negocio, Jacobo alcanzo a mirar algo de reojo.
¡Ah, aquí estás, cuchillito! ¡que bueno que te encuentro! Ya me habías preocupado, ¿que tal si caes en malas manos?, ¿Qué tal si se te ocurre soltar la sopa?, lo bueno es que no hablas porque si lo hicieras ¿Qué cosas no dirías? Ni tú ni yo estaríamos aquí ¿verdad?

jueves, mayo 25, 2006

Memorias de poemas y poesias

Hace años, inspirado en un amor de tierna juventud, escribí un supuesto poema. Los años han pasado y no he querido olvidarlo; aún hoy, más de diez años después recuerdo lo que escribí y que dice así:

Cuando ya no esté contigo
Ya no habrá tardes con tu abrigo
Ya no habrá cometas en el cielo
Ni habrá llamadas de consuelo.

Mis días serán eternos
Y mis noches, sólo infiernos.

Entonces… estaré recordándote
Para no morir… extrañándote.


Después, cuando estaba de buen humor, escribí El poema de la Manzana:

Eres algo apetitoso
Pareces algo sabroso
Tu color encierra aventura
Si Eva de nuevo te viera,
El mismo pecado cometiera.

Te quisiera morder con soltura
Mas en ti encuentro vida
Algo ya te tiene mordida
Le tendré que dar sepultura.

Pienso en cómo llegó ahí
A salvo de tanto mal
¡Pero este terco animal!
Ya tieso queda en ti.

¡Oh, gusano perverso!
Provocas hoy este verso
Y me quitas de la boca
Una fruta tan rica y sana
Como lo es esta manzana.

Por esos días, cuando andaba en la misma sintonía, me salió esto:

El can gordo

Un buen día yo venía, andando, caminando, con la pobre espalda sudada después de tremenda caminada. Alguien salió a mi camino, pero no era un minino, sino un fuerte canido, a quien mal le había caído. Mordióme y corrióme y, al rápido dejarme, yo no quise preocuparme, pero par de días han pasado y creo que estoy infectado. ¡ay, mamá!¡aquí moriré, sin estar confesado!


Y cuando estaba triste me atreví a escribir estas 4 líneas:

Triste letra mía,
Chueca y cansada,
Escribes mi agonía,
Estás desesperada…

miércoles, mayo 24, 2006

¿Y a nosotros, quién nos come?

Son las cuatro de la mañana, he dormido toda la noche desde muy temprano; esto debido a que ayer tuve mucho trabajo y llegué muerto a casa, el trabajo era pesado, pero para entretenerme mientras lo hacía, me puse a pensar, aunque a veces duela siempre trae algo de provecho. Comencé pensando en toda la gente que había en la calle por la mañana. En toda la gente que siempre veo cuando voy al cine o al mandado. Recordé que hace unos días leí que en el mundo ya somos más de seis mil quinientos millones de personas (6, 500, 000,000); que tan sólo China y la India tienen más de un millón cada uno y que en México ya somos más de cien millones, la estadística mencionaba que la tasa de crecimiento no está en aumento en nuestro país pero yo sé que la de los mexicanos en Estados Unidos si lo está. Creo que es porque ahí esta gran parte de la población en edad reproductiva y le están pasando la cuenta a los Estados Unidos. Ahí la tasa demográfica sí está en aumento. Nunca antes en la historia del planeta había habido tantos seres humanos; por los alrededor de 250 nacimientos por minuto tan sólo hay 100 muertes. Esto quiere decir que seguiremos siendo más cada momento. Entonces aquí viene el punto interesante para mí: sabemos que hasta hace poco tiempo existían miles de hectáreas de árboles más que ahora así como de especies animales. Que el hombre al ir creciendo en número ha venido acabando con ellos, entonces, si la materia no se crea ni se destruye, esto quiere decir que los elementos químicos que constituyeron estas especies de seres vivos terminaron en otro lugar; y si por su lado el hombre esta compuesto de los mismos elementos y su número ha venido creciendo paulatinamente esto quiere decir que muchos de esos elementos químicos han quedado atrapados en el cuerpo de algún ser humano. Que gran parte de los elementos químicos de los que dispone el mundo se encuentran en los seres humanos.
El problema, desde mi punto de vista, viene a hacerse mayor cuando nos damos cuenta de que el ser humano, de manera egoísta, pienso yo, no permite que al morir sus restos entren al ciclo de la naturaleza. ¿Por qué digo esto? Muy sencillo, en primer lugar veamos lo que pasa en la naturaleza, con las plantas por ejemplo, estas son comidas por otros seres vivos o en su caso, al caer y morir se convierten en abono para otras plantas; los animales pasan a ser alimento para otros animales pero el ser humano no, en nuestra cultura, por ejemplo, el ser humano pasa a ser prácticamente empaquetado y guardado en ataúdes por mucho tiempo o en algunos (no pocos, por todos los que somos) otros son incinerados, situación que aunque libera los elementos en la naturaleza los convierte en contaminación por el momento, no sé por cuanto tiempo, tal vez por siempre. Qué tenemos con esto, que el ser humano está acaparando una gran cantidad de elementos químicos del ciclo natural que son necesarios para el equilibrio del planeta y que por sus hábitos o costumbres no está ni siquiera permitiendo que al morir estos se unan al ciclo, sino que está sacándolos del mencionado ciclo por lo que pienso que la destrucción de la naturaleza se está multiplicando por diferentes y peligrosas vías. Peligrosas para el mundo y los seres vivos y, consecuentemente, para nosotros.
Ahora, si la naturaleza no nos dio un predador natural que ayudase a mantener nuestros números demográficos en orden, pues aunque nos diese miedo, creo que sería mejor a que al final nos terminásemos comiendo unos a otros (como ya está ocurriendo) y si estamos creciendo de manera desmesurada, creo que lo menos que podemos hacer para ayudar al mundo es devolverle todos sus recursos y no llevárnoslos a la tumba que es donde menos provecho tienen.
No podemos seguir así, espero que por lo menos al morir a mí me hagan abono para las plantas, pues no me interesa lo que pase con mi cuerpo sino sólo lo que hice con el cuando estuve vivo.
Tal vez lo cuidé, tal vez fui a muchos lugares, tal vez hice muchas cosas, esos es algo que sólo en vida pude disfrutar, no después de mi muerte.
Y si hay quienes me estiman y les gustaría conservar mi cuerpo para demostrar cuanto me quieren, por favor, les pido que me quieran ahora que estoy vivo, ahora que me pueden invitar un café o comprar unos zapatos, después sería inútil cualquier cosa para mí.
Después quiero ser libre para poder unirme a la gran sinfonía que es la naturaleza donde todo se mueve perfecto.

martes, mayo 23, 2006

Linea cerrada

El pasado jueves, antes de ir al Taller de Literatura, quise ir a escuchar la charla que darían en la UABC Federico Campbell y el biógrafo de Fernando Jordán, de quien ahorita no recuerdo su nombre; estarían hablando precisamente de este personaje de quien en estos días estoy leyendo una recopilación acerca de sus reportajes sobre la Baja California de sus tiempos. Sin embargo, como me encontraba en San Diego tenía que cruzar la línea. En eso andaba, manejando, escuchando la revista Antena Radio de la tarde, todo estaba saliendo bien hasta entonces. Pero luego, inesperadamente, me encontré con que la cola para subir para el 905 viniendo por el 805 estaba hasta el puente. ¿Qué habrá pasado? me pregunté, acto seguido y casi en automático tuve que cambiarle a la estación para saber que estaba pasando en mi entorno escuchando una estación local. Supe lo del muerto, lo de las colas, lo de la visita del presidente en Otay, lo de más colas, etc; lo tomé con calma y me regresé. Pensé que por algo pasan las cosas y mejor así lo dejamos, ya se me hará conocer en otra ocasión al dichoso escritor. Es la segunda que se me ceba. Así que no hubo Taller esta semana, veamos que sigue.
Varios días después no me queda duda que todo ese teatro fue un abuso de autoridad para con el muerto del cual abusaron en uso de fuerza y para con todos los ciudadanos pues nos utilizaron para demostrar su poder. Cada vez estamos peor y nosotros sin gobierno. Porque es el pueblo el que se posa de rodillas mientras los políticos hacen teatro, nos han traicionado.

domingo, mayo 21, 2006

Lo siento Gusano

Lo siento, pero el cuento del gusano servirá para otros fines razón por la cual lo he retirado de aquí. pero les pondré otro, Ok!

Taller 3

Ambientación 2da. parte

Por fin estoy en el Taller, con tantas ganas que tenía de llegar casi se me olvida terminar mi tarea.
Mientras manejaba venía pensando en mi trabajo y me he dado cuenta cuanto han cambiado las cosas desde hace unos días. Antes me encantaba estar ahí, sobre todo al principio. Recuerdo que cuando llegué estaba feliz con la idea de trabajar sin un jefe que me supervisara; con poder oír el radio todo el tiempo y escuchar solamente lo que Y-O Q-U-I-SI-E-R-A, ¡eso era genial! también me agradaba el mantener todo en orden y bien acomodado en su lugar, perfectamente apiladas las carnes, de la más grande a la más chica y hasta por colores. ¡Que va! ¡por tonos! todo se tenía que ver perfecto.
También la idea de conocer a los clientes era buena, sobre todo a las clientas ¿cómo olvidar esas citas después del trabajo? y de las charlas con los clientes ¿qué decir? fueron buenas hasta que todo se volvió monótono y cotidiano, repetitivo. Siempre la misma charla, siempre la misma gente; nomás de verlos ya se que van a pedir: "me da medio de bistec y un cuartito de chorizo..." como la latosa de Doña Zulema ¡guacala! ¡que enfado seguir ahí!
Cortar la carne era peligroso pero me mantenía entretenido pues tenía que estar atento. Además, me sentía importante al ver lo capaz que era con eso.
Ahora por fin estoy haciendo algo que me gusta. Tal vez un día llegue a ser escritor. Aquí si se puede respirar aire puro, me siento libre nuevamente. El compartir la mesa con otras personas que piensan da gusto; sólo me queda la duda si los escritores en verdad serán libres, a lo mejor y no...pero, bueno, aunque sea se ve interesante. ¡chin... y la tarea!
Otra vez se me olvido.

Taller 2

En la siguiente clase se me pidió que desarrollara la ambientación del lugar en donde escribí la postal. Yo tenía además ganas de desarrollar un ambiente que traía en la cabeza desde hace unos días y, aunque no cumplí cabalmante con la tarea, esto fue lo que escribí:

Ambientación

Héme aquí, en el trabajo todavía. Son ya las cinco de la tarde y me tengo que ir al Taller de Literatura ¡caray, la tarea! ¿cómo se le pudo haber olvidado? ¡necesito hacerla ya!
Camino rumbo al lavamanos, me quito la sangre y aunque al final mis manos se ven limpias yo sé que no lo están. Huelen mal. Este maldito trabajo de carnicero no me está dejando nada bueno.
Sobre la mesa hay manchas de sangre y pellejos pegados. Como puedo limpio un poco y acto seguido coloco un pedazo de papel encerado blanco; tendré que usarlo para apoyarme y no manchar la libreta.
Comienzo a escribir mientras a mi alrededor vuelan algunas moscas. Parece que nunca descansan, siempre volando en circulos, como sujetas a un eje invisible. ¡Malditas, son odiosas!
Tengo que describir este lugar, una pocilga sin duda, es un cuarto oscuro con una sola ventanita que da al patio trasero. Todo, absolutamente todo, está embarrado de grasa, desde el refrigerador hasta la báscula. Pero lo peor de todo es el olor, es un olor que poco a poco se va metiendo en la piel, por medio de los poros hasta llegarle a uno al alma; después, a donde quiera que uno vaya, siempre lo olerá. En el cuarto que describía siempre hay carne pero yo ya no la veo, aunque la toco y la muevo, incluso la corto. Sin embargo, para mí es como si no estuviera, tal vez lo que pasa es que no la quiero ver.
Respecto al cuarto, he decidido no describirlo más. No hay nada interesante en él. Es frio, sucio y ya no quiero estar aquí, es más, ya me voy.


Este fue el ejercicio que yo hize, Martha me hizo unas observaciones, algunas son las siguientes:
El texto debe ser redondo, esto no quiere decir que hay que escribirlo en una hoja que tenga esta forma, sino de lo que se trata es de que quien lo lea no se quede con dudas, siendo aquí la más visible el que no se sabe por qué ya no le gusta su trabajo al personaje. A proposito de esto decidí escribir la segunda parte del ejercicio mismo que transcribiré en el siguiente post.

Taller Literario 1

Como parte de este proyecto, comenzaré por transcribir aquí los ejercicios que he estado haciendo en un Taller de Literatura al que asisto desde hace unos días.
La impartidora del Taller es Martha Parada, es escritora y licenciada en Pedagogía, es todo lo que sé de ella, pero además puedo decir que es muy agradable e inteligente. Quisiera poder describirla con mayor precisión pero apenas la estoy conociendo, así que espero poder hacerlo en un futuro.
El primero de éstos ejercicios consistió en tomar un postal en blanco (bueno, todas las postales tienen por lo general una bonita imagen, foto o ilustración) y escribir en ella algún mensaje relacionado con la imagen y, entonces, simular que se lo enviabamos a un ser querido o conocido. La postal que a mí me tocó tenía un dibujo de una especie de granja, en donde se veía la silueta de un hombre y enfrente a el, una planta de maíz; en ella predominaba el verde. El texto que entonces escribí, es el siguiente:

Primavera 2006
Alo, Je.
Hoy por la tarde, después de pasar a comer a un pequeño restaurante, me paré en una tienda de recuerdos y ví esta postal; No pude evitar el comprarla pensando en mandártela. Pensé que al igual que a mí me traería buenos recuerdos, pues, a mí me recordó aquellos años en que nos conocimos mientras haciamos nuestra maestría en el medio oeste americano.
Vinieron a mi mente todas las tardes que pasamos caminando por aquellos bellos y verdes paisajes, disfrutando de las ardillas rojas que, motivadas por la primavera, corrían de un lado a otro. No se me olvida que los rancheros las odiaban pero a nuestros ojos eran un amor.
Cuando estaba en el restaurante, ordené un pay de manzana. ¿Te acuerdas? ¡Tu favorito! lo disfrute tanto como cuando estabas a mi lado.
Pronto dejaré las praderas de Colorado y terminaré mi investigación en San Diego, desde allá trataré de estar en contacto para saber como has estado.
Recibe un abrazo, J. J.

Plan Inicial

Domingo 21 de mayo de 2006

Hola, Mi nombre es Juan José, estoy aquí para expresar ideas, planes e información que considero importante. Para intercambiar puntos de vista aprovechando esta valiosa herramienta y poder desarrollar mi persona en todos los planos posibles.

Como tengo una personalidad muy inquieta será común que los textos que coloque es esta página sean de muy diversos temas, a veces comentarios o simples invenciones mías. Siempre puestos aquí con la intención de crecer y mejorar; de compartir asuntos de importancia real o imaginaría a veces, lo que importa es que me divierta y de paso, alegrar y compartir ideas, pensamientos y creaciones con todo el que lo desee.

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  c) Se me informe sobre su uso tan solo enviándo u correo electrónico con dicha información.

 
Bueno, eso es todo por lo pronto, espero que seamos amigos y aprendamos mutuamente. De paso te pido un favor: inventa y no mal gastes. Gracias

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