jueves, mayo 24, 2007

Lejos de lo que hasta ahora fui

Ayer por la mañana retomé las clases de alemán. En el salón de una antigua escuela de Volkshochschule me encontré con alumnos venidos de muchas partes del mundo. Los había de Francia, Rusia, Azerbaiyán, Bulgaria, Túnez, Costa de Marfil, Malí, Irán, Turquía, Vietnam, Malasia y Cuba. Yo era el único mexicano, al parecer no pasan muchos por aquí, pero desde el primer momento me quedé asombrado. A los mexicanos nos quieren en todas partes; por las canciones, por la comida, por el fútbol. Escucho que me dicen: ¡Ay, Caramba! ¡Amigo! ¡José! y ¡Ole! A manera de cumplido. Muchos no saben que quieren decir esas palabras, pero las pronuncian y las dicen gustosos. Ojala yo me sintiera igual al oírlas.

Para mi México es una herida.
Una puerta que se cierra.
Un futuro incierto.

Dicen que tomo todo muy en serio, que parece como si yo mismo fuese México y me dolieran las entrañas al ver como el país se desgrana y se pudre al mismo tiempo. Tal vez tienen razón.

Seguramente en México lo que menos importa es lo que yo siento.
Tal vez ya soy uno menos, alguien con quien ya no contar.
Será acaso ese el fin de una patria ligada a mi destino,
o será que mientras respire por ella voy a suspirar.
Uno no escoge donde nacer ni nada por el estilo,
pero creo que la única razón de ser es mejorar.

Creo que dejar de pensar en ello será inevitable,
son los sueños más humanos de cualquier salvaje.
¿Quién no quiere tener casa y un país habitable?
Un lugar a donde poder volver al final del viaje.

1 comentario:

Eduardo Valdivia dijo...

A nuestro querido Mexico lo unico que le hace falta es gente que tenga memoria, y un poco de sentido comun.

Cuando mas oscura esta la noche, es porque ya va a amanecer.
Saludos J J.