domingo, junio 10, 2007

Walt Whitman


Canto a mí mismo

Leer un libro de poesías traducido no me parece que sea la mejor forma de leer la obra de ningún poeta, sin embargo, un poco o tal vez mucho del valor de la obra aún debe de quedar después de la traducción. Todo depende del autor de que se trate. Definitivamente creo que siempre se debe de contar con la versión en el idioma original para poder apreciar el trabajo del escritor. En este caso, la obra de Walt Whitman es tan universal e imperecedera que no se pude pasar por alto la calidad y lo emotivo de su palabra. Una palabra hecha de frases sencillas pero grandes:

“…Si no son tan tuyos como míos, nada o casi nada son…”

En sin duda un pequeño libro con un contenido tan grande que no me explico como puede caber en tan pequeño formato. Más sorprendente aún: en una versión de bolsillo que me acompañó en un viaje de más de ochocientos kilómetros a través de Alemania. Bonn, Mainz y Frankfurt fueron los destinos, el lugar de partida está por demás decirlo pero debo decir que fue el punto final del recorrido. Era pues, un viaje de ida y vuelta.

“…Que no hay nada más noble que ser la madre de los hombres…”

Mientras avanzaba el auto y volteaba las páginas del libro, de cuando en cuando iba alzando la vista para ver los lugares por donde pasaba. Las escenas que miraba me dejaban siempre con la boca abierta. Se podrían tomar las fotos para todos los calendarios del mundo con estos paisajes. Había escuchado que la vida en estas latitudes es muy difícil, que la gente es muy trabajadora, que se tienen que preparar para los duros inviernos cuando no se puede salir de casa y por lo tanto no se pude trabajar. Pero me faltaba una parte de la historia, la más importante, la que le da razón a todo lo que aquí pasa y ha pasado a través de los años. En estas latitudes la riqueza de la naturaleza resulta insultante para un hombre que nació en la árida California mexicana. Digo esto porque ahora me doy cuenta que en mis ojos no cabe tanto verdor, que nunca había visto tanta lluvia en tan poco tiempo, que tan pronto como pasan las nubes con su riego, aparece el sol y convierte esto en un caldero tropical, donde las plantas crecen todo lo que quieren, donde las vacas se cansan de comer y los granjeros pueden tener todo el producto que deseen. Es una locura para mí y el sueño de cualquier ganadero mexicano. Ahora comprendo porque estos países son ricos y desarrollados. Al tener satisfecha sus necesidades esenciales han podido dedicarle más tiempo a la cultura, a los estudios, a la exploración. Y cuando esto se multiplica por millones y se convierte en competencia y en una forma de vida, todo puede pasar. Y ha pasado ya, como cuando usaron su bienestar para mal gastarlo dañando a todos pero sobre todo a ellos mismos en lejanas guerras o como ahora bien lo usan para vivir en un mundo mejor.

Así como las cosas que me iba diciendo Walt Whitman en su libro me sonaron perpetuas y palpables, así mismo creo que todo lo que existe y veo tiene una explicación. El verde que llega a mis ojos lo tiene, aunque nunca haya oído hablar de él. Y el desarrollo de este país se define en base a su riqueza y lo que con ella saben hacer.

Sin duda la obra de Walt Whitman es más humana antes que de alguna nacionalidad. Sin embargo, la voz humana es material y si necesita de las ondas del sonido para poderse desplazar, consecuentemente, necesita de un punto de partida para iniciar su recorrido. No importa si este lugar lo fue Cuba, Japón o los Estados Unidos, en lo humano el lugar siempre es más casual que relativo. Lo que importa es el valor de las palabras y el pensamiento emotivo que en ellas se ha escrito. En Canto a mí mismo el nos ha dejado un regalo, un encuentro con nosotros mismos.

"...Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre…”


Amiga, Gracias por el libro, lo disfruté mucho, un abrazo para tí.

1 comentario:

Claudia X dijo...

Me celebro y me canto, me canto y me celebro...o algo asi, es muy bueno no??? Saludos desde Rosarito soleado (aunque a lo lejos las nubes amenazan)