Del fin del mundo

— Cuanto loco hemos visto por aquí señores, pues aquí tienen uno más.

Otra vez se acerca el fin del mundo, está vez si es en serio, decían los sometidos por Roma en la Judaea de hace más de dos mil años. Tanta memoria tiene el hombre y éste se acuerda. En ese entonces no existían ni Irán ni Israel, ni mucho menos los Estados Unidos, y tampoco los motivos por los que ahora pelean los que se acusan allí. Hoy, electricidad y cables de por medio, yo les vengo a compartir mi visión al respecto, porque mientras que pasa todo esto, seguiré yo escribiendo poesías y uno que otro verso, hasta que se acabe el mundo, que al fin de cuentas, parece que ya no falta tanto, esta vez si es en serio.

Para comenzar:

—100,000 Buddhas—

Está tierra es,

de cien mil buddhas,

no te queden dudas,

morada y posesión.

Y ella misma,

aun si no te han enseñado,

nunca ha necesitado,

de la iluminación.

Nuestras cosas,

le importan nada o poco,

y a la luna tampoco,

no tienen emoción.

Ese cuerpo celeste

se ilumina puntual cada mes,

da igual si lo ves o no lo ves,

no llamas su atención.

Por eso inmutable,

aquí estoy sentado en mi trono,

en este mundo singular me corono,

me da igual su destrucción.

Para terminar:

—Apocalipsis—

El mundo, amigos míos,

está colgado del pensamiento,

y aunque hayamos avistando cataclismos,

calamnidades, castigos divinos,

en fin.., el fin de los tiempos,

somos más los que amamos a una madre,

a un hijo.., al perro.., al hambriento,

le damos amor, lo cuidamos, tendemos la mano,

somos más los que regamos la flor,

los que mandamos la carta al que está lejos,

por el eso el mundo sigue,

y tu apocalipsis,

solo lo recibes tú,

es tu personal regalo,

por eso, pon una flor en tu mano,

y sonríele, lo que cuenta eres tú,

sólo tu experiencia,

porque no importa,

que lo hayan dicho 100,000 veces,

tu eres el as de ases,

el que manda,

si quieres.

— J³