jueves, junio 21, 2007

Un mes después

He descubierto el hilo negro de una parte de la vida. Lo he descubierto por casualidad, sin hacer el más mínimo esfuerzo por buscarlo, lo que en realidad buscaba era aprender una nueva forma de comunicarme pero al hacerlo me he dado cuenta que aprender lenguas es una de las mejores maneras para hacer crecer el espíritu y por que no decirlo, el intelecto.

Para mí, aprender otro idioma es como entrar en otra dimensión. Es un acto mediante el cual poco a poco uno se puede sumergir en otros mundos; después de las primeras palabras comienzan a aparecer frente a nosotros pequeñas frases, mensajes y hasta graffittis que antes no significaban nada aunque estuviesen ahí frente a nosotros, diciéndonos la verdad.

El vivir invita a recordar. Esa es la razón por la cual vinieron a mi mente los días cuando comencé a aprender inglés, cuando sólo entendía los estribillos de algunas canciones y a la letra la escuchaba sólo como parte de la música. También recordé cuando, conforme iba aprendiendo esa lengua, las letras desconocidas de esas canciones se fueron convirtiendo en palabras y las palabras en frases que cada vez me decían más cosas hasta que se hicieron poesía y entonces, me dijeron cosas maravillosas que antes no podía entender.

Cuando se aprende otro idioma se aprende a ver las cosas de otro modo, se les quita a ellas eso que parece suyo, se les cambia de lugar, se les mira desde donde las vieron generaciones antiguas o desde donde las miraran en el futuro. En pocas palabras, se le abre a uno la mente y las posibilidades suelen aumentar. Eso es algo invaluable, porque hace crecer nuestra alma y nuestra inteligencia pero, sobre todo, nuestra capacidad de entendimiento, porque cuando no sé conoce algo es cuando más se le teme y de los miedos vienen la mayoría de nuestros males.

Ahora quisiera también aprender árabe y japonés, lenguaje de señas y los códigos de mar, pero sé que la vida no alcanza; Sólo somos perfectibles pero nunca podremos ser perfectos. Eso no sé exactamente donde lo descubrí, creo que también fue por aquí.

Ejercicios con acrílico

Hace ya un tiempo que no escribo nada de mis andanzas con el arte, y la verdad es que no hay mucho que escribir. Le he quitado el poco tiempo que le daba a esa actividad para dedicarsélo a la edición de videos, a tomar fotografías, a aprender una lengua extraña y pasearme por lugares que imaginaría.
Pero no todo está perdido, ni olvidados mis pinceles en un cajón, hace poco, cuando parecía que menos tiempo tenía para algo así, me puse a pintar y descubrí en mí a un pintor Naif. Yo pensé que eso no es lo que quiero; yo quiero ser impresionista. Pero el camino es muy largo y pocos tienen control sobre él, a mí, por ejemplo, me ha llevado a descubrir que llevo un niño dentro. Lo malo es que hay que enseñarlo, lo bueno, es que él aún tiene mucho tiempo para aprender.

Estos fueron los tres ejercicios que hice. Los tres los regalé a personas que quiero, en los tres utilicé tres líneas como eje de composición. De los tres me quedó el bonito recuerdo de caras llenas de satisfacción.


La niña y la borrega (Tres líneas que se cruzan)
La casa azul verde (Tres líneas arqueadas)

La casa azul (Tres líneas amarillas)

jueves, junio 14, 2007

Grandes hombres

(Los versos más sencillos del Poeta Desatado son de decepción)

México es un país que siempre ha dado grandes hombres,
Eso dice la historia y muchas veces se ha comprobado.
El problema es que, el sistema, al descubrirlos, muchas veces los ha malogrado.

Ya sea arriba, ya sea abajo, siempre terminan bajo tierra o desterrados.
¿Por qué será que con buenos hombres, tierra y mares como país estamos atorados?

¿Qué acaso no tenemos agua? ¿Acaso no sabemos voltear a los lados?
Pues, bañados por dos océanos, no creo que deberíamos de quejarnos.

Pero no es eso lo que más nos ha dañado,
es la corrupción del sistema lo que nos mantiene atrasados,
dependiendo siempre de otros, por no decir, de los americanos.

lunes, junio 11, 2007

La Ruta de los Sueños XXXIII

De Paseo por Praga

La casa que baila y el Castillo al anochecer

Siguiendo con mi andar me fui caminando entre las casas y edificios que están del lado oeste del puente; pronto descubrí que en esa zona se encuentran las representaciones diplomáticas de muchos países y que la zona la conforman un conjunto de bellas construcciones y calles de grandes árboles. Allí, en otoño, todo se mueve en armonía: los árboles dejan caer gran cantidad de hojas al suelo y estas, a su vez, se van apilando sobre el suelo formando tapetes amarillos que se multiplican con contrastes de colores y que, además, despiden un olor a fresco que sólo en un ambiente así se puede crear. Entre la brisa del río y el rocío que corre entre los árboles arrastrado por las hojas de un lado a otro, se podría decir, que el otoño disfruta junto a los paseantes del atardecer.

Caminé sobre el río cruzando uno de los puentes y desde ahí miré como el resplandor del castillo comenzó a sobresalir poco a poco mientras caía la noche.

En el otro extremo del puente me encontré con un bello edificio moderno de figura caprichosa. Tiene una fachada de cristal azul que parece emerger de la tierra de forma espectacular ya que tiene una serie de columnas que poco a poco toman la vertical formando bajo ellas un cobertizo que aloja la entrada principal. Lo sigue una columna redonda que también es la fachada frontal y va de arriba abajo cubierta de ventanas que se alinean de manera irregular.

Es peculiar edificio es el Tancini Dum (conocido popularmente por su nombre en inglés The Dancing House o La casa que baila para nosotros). Está ubicado sobre la avenida Rasinovo Nabrezi que hace esquina justo frente al Moldava.

Fue construido entre 1992 y 1996 y el plan original era nombrarlo Astaire & Rogers, en honor a una famosa pareja de bailarines, aunque al final se quedo con un nombre más comercial. De cualquier manera a mí asombro su estampa y me pareció genial que existan cosas así, que sean capaces de romper con la línea de los edificios antiguos pero no con el encanto. Es, en pocas palabras, un edificio propositivo y elegante.


Después caminé junto al río, me dirigí hacia un lugar desde donde se pudiera ver claramente el castillo y me senté en una banca; ahí me quedé un rato absorto, con la vista clavada sobre el gigante de piedra que se alza sobre la montaña, al otro lado del río, el cual conforme iba anocheciendo iba brillando más y más. Contrario a todo lo que lo rodeaba, que se iba perdiendo de vista entre la oscuridad. Las luces que lo iluminan lo hacen ver tan precioso, que es como si no fuera cierto lo que ven los ojos, pero en realidad en un anti-espejismo, la anti-tesis de una ilusión porque es tan real como mágico y precioso a nuestros ojos. Muchos me acompañaban en ese ritual, era como si el castillo fuese el sol y nosotros mirásemos un atardecer. El viento comienza a soplar pero no es frío, es tan sólo refrescante.

Cuando me cansé de ver tanta belleza, si es que se pude llegar a cansar uno de eso, me metí de nuevo entre las callecitas praguenses, donde las lucecitas que salpican paredes y fachadas hacen que uno sienta respeto por tantos años acumulados urbanamente. Seguí embobado, caminando entre los empedrados mientras mis ojos se perdían entre tejados y campanas de iglesias hasta que me topé de nuevo con el río y con la gente que seguía contagiada por la magia del castillo resplandeciendo en la oscuridad, lejano pero imponente. Invitando a la imaginación a soñar.


domingo, junio 10, 2007

Walt Whitman


Canto a mí mismo

Leer un libro de poesías traducido no me parece que sea la mejor forma de leer la obra de ningún poeta, sin embargo, un poco o tal vez mucho del valor de la obra aún debe de quedar después de la traducción. Todo depende del autor de que se trate. Definitivamente creo que siempre se debe de contar con la versión en el idioma original para poder apreciar el trabajo del escritor. En este caso, la obra de Walt Whitman es tan universal e imperecedera que no se pude pasar por alto la calidad y lo emotivo de su palabra. Una palabra hecha de frases sencillas pero grandes:

“…Si no son tan tuyos como míos, nada o casi nada son…”

En sin duda un pequeño libro con un contenido tan grande que no me explico como puede caber en tan pequeño formato. Más sorprendente aún: en una versión de bolsillo que me acompañó en un viaje de más de ochocientos kilómetros a través de Alemania. Bonn, Mainz y Frankfurt fueron los destinos, el lugar de partida está por demás decirlo pero debo decir que fue el punto final del recorrido. Era pues, un viaje de ida y vuelta.

“…Que no hay nada más noble que ser la madre de los hombres…”

Mientras avanzaba el auto y volteaba las páginas del libro, de cuando en cuando iba alzando la vista para ver los lugares por donde pasaba. Las escenas que miraba me dejaban siempre con la boca abierta. Se podrían tomar las fotos para todos los calendarios del mundo con estos paisajes. Había escuchado que la vida en estas latitudes es muy difícil, que la gente es muy trabajadora, que se tienen que preparar para los duros inviernos cuando no se puede salir de casa y por lo tanto no se pude trabajar. Pero me faltaba una parte de la historia, la más importante, la que le da razón a todo lo que aquí pasa y ha pasado a través de los años. En estas latitudes la riqueza de la naturaleza resulta insultante para un hombre que nació en la árida California mexicana. Digo esto porque ahora me doy cuenta que en mis ojos no cabe tanto verdor, que nunca había visto tanta lluvia en tan poco tiempo, que tan pronto como pasan las nubes con su riego, aparece el sol y convierte esto en un caldero tropical, donde las plantas crecen todo lo que quieren, donde las vacas se cansan de comer y los granjeros pueden tener todo el producto que deseen. Es una locura para mí y el sueño de cualquier ganadero mexicano. Ahora comprendo porque estos países son ricos y desarrollados. Al tener satisfecha sus necesidades esenciales han podido dedicarle más tiempo a la cultura, a los estudios, a la exploración. Y cuando esto se multiplica por millones y se convierte en competencia y en una forma de vida, todo puede pasar. Y ha pasado ya, como cuando usaron su bienestar para mal gastarlo dañando a todos pero sobre todo a ellos mismos en lejanas guerras o como ahora bien lo usan para vivir en un mundo mejor.

Así como las cosas que me iba diciendo Walt Whitman en su libro me sonaron perpetuas y palpables, así mismo creo que todo lo que existe y veo tiene una explicación. El verde que llega a mis ojos lo tiene, aunque nunca haya oído hablar de él. Y el desarrollo de este país se define en base a su riqueza y lo que con ella saben hacer.

Sin duda la obra de Walt Whitman es más humana antes que de alguna nacionalidad. Sin embargo, la voz humana es material y si necesita de las ondas del sonido para poderse desplazar, consecuentemente, necesita de un punto de partida para iniciar su recorrido. No importa si este lugar lo fue Cuba, Japón o los Estados Unidos, en lo humano el lugar siempre es más casual que relativo. Lo que importa es el valor de las palabras y el pensamiento emotivo que en ellas se ha escrito. En Canto a mí mismo el nos ha dejado un regalo, un encuentro con nosotros mismos.

"...Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre…”


Amiga, Gracias por el libro, lo disfruté mucho, un abrazo para tí.

viernes, junio 08, 2007

El caso Paulina

Recuerdan el caso de aquella chica de nombre Paulina a quien no la dejaron abortar en 2002; pues vean esto, en especial la parte IV . ACUERDO DE SOLUCION AMISTOSA. Es interesante enterarse de lo que nuestros gobiernos hacen con el dinero público:

http://www.cidh.oas.org/annualrep/2007sp/Mexico161.02sp.htm


martes, junio 05, 2007

La Ruta de los sueños XXXII

El Puente Carlos de Praga

Después de haber visto la plaza de la ciudad antigua, me dejé llevar por el río de gente que, incesantemente, transita por las callejuelas en dirección al Moldava, el afluente que atraviesa y divide la ciudad. Caminé por las calles angostas y bellamente empedradas de esa capital y tras doblar en tres o cuatro esquinas di con el puente Carlos de Praga; imponente la torre que lo resguarda y admirables las figuras que en él descansan sobre los barandales, justo a la orilla, sobre el río.

A pesar de que había llovido al mediodía, el lugar estaba a reventar de turismo. Había tanta gente, que no se podía ver más allá de diez o quince metros sobre el puente; por ello tuve que ir avanzando lentamente, mirando las figuras de los santos, reyes y caballeros que lo resguardan, creo que esa puede ser la razón por la que este puente ha durado tanto, pues dicen que fue construido en la segunda mitad del siglo XII. Con tanta gente sobre él, hubo un momento en que pensé que para cruzar se debía de hacer fila, sin embargo, luego descubrí que la gente hacía fila para ver algo, me formé y cuando llegué al frente descubrí que era para tocar a uno de los santos que protegen el puente, al parecer San Wenceslao, santo patrono de los checos y guardián de la patria; llegué y lo toqué, sin olvidar darle las gracias por cuidar tan bien ese bello lugar. Mientras seguí con mi recorrido escuché prácticamente todos los idiomas del mundo hablarse a mí alrededor ya que había todo tipo de personas sobre el empedrado oscuro que atraviesa el Vldava, que es el nombre original del Moldava en lengua checa. Entre ellos sobresalían los españoles, a quienes vi no sólo en el puente, sino por toda la ciudad. A lo largo del puente miré pequeños espectáculos musicales, de magia y de brillantes artesanos, en los que todo mundo se entretenía y se contagiaba de sana armonía.

Praga sin duda es una ciudad romántica, sobre el puente lo comprobé; ahí pude ver a decenas de parejas disfrutar de la tarde y de las bellas vistas que ofrece la ciudad. Con tantos puentes de arcos tendidos sobre el río, con palacios y castillos, con iglesias enigmáticas y callejuelas decoradas en finos estilos, no creo que sea difícil vivir un sueño, sobre todo si en ese sueño se le incluye al amor.



Cuando terminé de cruzar el puente me encontré con una maravilla: la torre del lado oeste, es tan linda, que no creo que haya en el mundo nada igual. De gótica figura, se ve imponente ante los ojos de cualquiera, alta, fuerte, hermosa, es algo verdaderamente especial que uno se quisiera llevar consigo de alguna manera; en una foto, en una postal, en el recuerdo de haberla tocado. Creo que el Carlos de Praga, es el puente mejor resguardado del mundo, con sus dos bellas torres y todos los santos protectores sobre el río en sus columnas, tan sólo por verlos a ellos vale la pena venir desde cualquier parte del mundo. Praga en verdad, como dicen sus habitantes, es una joya de la humanidad.


viernes, junio 01, 2007

Desde el espacio (El poeta desatado odia la guerra)

Al que no le guste ir despacio
y la guerra quiera o piense hacer,
que lo manden al espacio
para que desde allá se ponga a ver.

Y que cuando se canse de mirarlo
y le toque descender,
que nos cuente de inmediato
si así logró entender:

Que Dios hizo al ser humano
como parte de su ser
y que si a los demás causa daño,
entonces tendrá que poner:
Sus patitas en la calle y desaparecer.

En apoyo a la causa de Another World is Possible y motivado por mi amiga Claudia.
No somos ingenuos: ¡somos muchos, hay que luchar!

De lo que quiero escribir 2

Tener un pasatiempo no es tarea fácil. A mí, por ejemplo, me costó mucho aprender a jugar ajedrez. Fueron tal vez años de paciente practica para tan solo poder decir: sé jugar ajedrez. Aún así, la mayoría de las veces juego para perder. Pero yo lo veo con buenos ojos, pues a veces se aprende más cuando se pierde y mientras tenga qué aprender tengo ilusión para vivir. Jugarle a quien le gano pronto me enfada. Entre otros tantos pasatiempos ahora tengo uno nuevo, este es editar los videos que hago con una pequeña cámara digital. Lo cual no ha sido nada fácil; me ha llevado horas y horas ensamblar, cortar, acomodar, de intentar darle un sentido a las imágenes. Aún falta aprender a ponerles música, a manejar la velocidad y los efectos el programa. Creo que para ser un pasatiempo no está mal.
De cualquier manera lo importante es que estoy salvando una parte de mi vida, de que muera olvidada o que se vaya de prisa. Pensando así hice este video para compartir. El original se ve mejor ¡claro! pero ahora estoy muy lejos y sólo así lo puedo transmitir.