martes, julio 25, 2006

Sueño americano

Hace unos días tuve la oportunidad de visitar Nueva York, además de todos los sitios que tradicionalmente un turista ve en esa ciudad, también pude observar con particular curiosidad como judíos y musulmanes conviven en santa paz. Me di cuenta de que ellos ahí viven el sueño americano y también me los imaginé en sus reuniones, hablando sobre el problema en medio oriente, defendiendo cada cual su causa y, seguro también, justificándola; seguramente organizan colectas de dinero para apoyar a sus respectivos bandos ¡Claro! Para que pueda existir el sueño debe existir el infierno, solo así se puede entender porque muchos se aferran a mantener vivo un conflicto que todos los días cobra nuevas victimas.
Algo mas o menos igual pasa con muchos de los mexicanos que llegan a los Estados Unidos: viven el sueño y poco a poco olvidan su origen, pero no del todo, cada que pueden se dan el lujo de visitar a los primos en sus camionetas nuevas, por que para poder vivir el sueño debe haber un lugar donde contarlo: en el infierno (de la pobreza). Así justifican el vivir endeudados, el precio del sueño.
Pero regresando al tema de los hijos de medio oriente; después de ver el tamaño de la nueva oleada de violencia que se genera ahora en Líbano, reflexione al saber que dos de las más importantes comunidades dentro de México la constituyen precisamente las comunidades Judía y la Libanesa, y recordé también que son judíos quienes constituyen uno de los principales grupos de poder en Estados Unidos y que los grupos inversionistas originarios de países árabes también están entre los más fuertes de aquella economía. No es un secreto que bancos y grandes negocios en México son propiedad de ellos también, sólo basta recordar algunos nombres: Slim, Harp Helú, Saba, Zabludovsky… aunque siento respeto por todos ellos y creo que son ejemplares mexicanos, no puedo evitar un pensamiento de suspicacia: No será acaso que todos somos parte del eslabón de violencia. A lo mejor, sin darnos cuenta estamos siendo utilizados para mantener estas y otras guerras de una manera directa. Si trabajamos para ellos, si les producimos dinero, tal vez en el fondo, el único fin de todo es mantener la violencia en sus tierras santas y al mundo que se lo lleve el diablo.

1 comentario:

Claudia X dijo...

Mientras mas mal pienses estas en lo correcto.