Hoy Frida cumplió un año; fue un año lindo
a pesar de que ella lo empezó llorando.
Al pasar de los meses no paraba el llanto,
A veces de día, a veces de noche, lloró casi a diario.
Y cada vez que lloraba por la ventana veía
que si no la calmaba del cielo una estrella caía.
Y aunque le cantaba al oído y decía despacito:
“Hija: no asustes al cielo que se está desgranando.”
Ella no hacia caso, apretaba los ojos y continuaba llorando.
a pesar de que ella lo empezó llorando.
Al pasar de los meses no paraba el llanto,
A veces de día, a veces de noche, lloró casi a diario.
Y cada vez que lloraba por la ventana veía
que si no la calmaba del cielo una estrella caía.
Y aunque le cantaba al oído y decía despacito:
“Hija: no asustes al cielo que se está desgranando.”
Ella no hacia caso, apretaba los ojos y continuaba llorando.
Yo, cada vez más preocupado, volteaba a lo alto
buscando estrellas cayendo para hacerles un trato.
La concesión de un último deseo, por caro que cueste;
pedí a las estrellas: ¡Sigan colgadas de la bóveda celeste!
Sólo bastaba que Frida dejase de llorar.
Y así, un día ella misma pueda verlas brillar.
Y a las estrellas fugaces les pida deseos;
Amor, salud, paz, fortuna, trofeos…
Sé que si lo pide con fe conseguirá de ellas un sí
La mejor prueba, este año se me ha cumplido a mí.
¡Feliz Cumpleaños Frida! El texto ha llegado con retraso, de cualquier modo para que Frida lo lea aún falta un rato.