Así iba la historia, un tanto apelmazada hasta que apareció la figura de un caballero de esos que parece sólo existen en los libros, se trataba de un tal Cayetano Delaura, con él la narración tomó la forma que debía, subieron las pasiones y el entendimiento y nos llevo hasta una encrucijada en la que nadie salió bien librado, ni siquiera él mismo. Y todo lo narrado se acomodó como si tratase de una profecía que debía que cumplirse, cueste lo que cueste. Esta novela será un libro respetado en mi librero y del autor seguiré hablando bien eternamente, me han dejado una muy grata experiencia.
domingo, mayo 25, 2008
La rabia en forma de libro
domingo, mayo 18, 2008
17 de mayo
Ayer cumplí un año en Alemania y lo celebre de una manera muy especial:
Con un biberón en la mano y
mi pequeña hija recostada sobre el brazo;
éste, a pesar de haber sido uno
de los años más díficiles que he vivido,
también ha sido el mejor de todos.
Las buenas historias no son rosas.
Con un biberón en la mano y
mi pequeña hija recostada sobre el brazo;
éste, a pesar de haber sido uno
de los años más díficiles que he vivido,
también ha sido el mejor de todos.
Las buenas historias no son rosas.
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